TW
19

Andreu Coll junior podría haber heredado una fortuna. De hecho, era el heredero universal del inmenso patrimonio de su padre, Andreu Coll Bennàssar. La codicia, sin embargo, lo truncó todo. El joven, que tenía 18 años, mató en 2013 a su padre y, judicialmente, se convirtió en «indigno», es decir, no podía heredar ninguna propiedad paterna. Ahora, el acuerdo final al que han llegado sus dos hermanos mayores -que en su día fueron desheredados por el padre- con su tía Margalida, hermana del fallecido, hace que Andreu Coll pase de heredero universal a no ver un euro.

Se da la circunstancia de que cinco días antes del macabro crimen en Alaró, el albacea y amigo íntimo de Andreu Coll Tur le comunicó que era el heredero único de toda la fortuna de Andreu Coll Bennàssar. Los investigadores creen que esa circunstancia desbordó al joven, que mantenía una relación muy compleja con el adinerado empresario.

Noticias relacionadas

El veterano dueño de negocios de máquinas tragaperras echaba en cara a su hijo que pasara hasta catorce horas diarias pegado al televisor, jugando con la PlayStation. Andreu hijo, por su parte, le reprochaba que lo ninguneara y humillara continuamente. Con todo, durante la convulsa separación matrimonial, el joven se había puesto de parte de su padre. Sus dos hermanos mayores, en cambio, apoyaron a su madre.

La relación de Andreu junior con Francisco Abás Rodríguez, un chico al que había conocido por internet, cuando ambos practicaban con juegos ultra violentos de guerra y de zombis, fue degenerando hasta el extremo de que ambos planificaron el crimen del empresario. En la primera ocasión no llegaron a consumar la agresión mortal, porque Andreu padre se despertó y a pesar de que lo habían drogado pudo ofrecer resistencia. Días después, lo destrozaron a golpes con un bate inspirado, precisamente, en aquellos videojuegos. Cuando se descubrió el cuerpo sin vida, el joven y su amigo fingieron estar desolados.