Iván Ros, junto al helicóptero de Salvamento Marítimo. | I.Ros

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El destino hizo que el actor ibicenco Iván Ros embarcara el pasado domingo en el 'Tenacia' y rumbo a Palma. Lo hizo, además, llevándole hasta Sóller y desde Cullera (Valencia), donde se encuentra ahora mismo, la moto a su primo, que reside en la capital de la Vall. «Aproveché el viaje, pero la verdad no creo que la moto haya podido salvarse», asegura visiblemente cansado tras casi 48 horas sin parar.

Tanto, que Iván fue protagonista de una operación que permitió poner a salvo a los 61 ocupantes y los 350 pasajeros de la embarcación de la naviera GNV que cubría en la madrugada del lunes el trayecto entre Valencia y Palma. Pero el último de ellos en abandonar la nave en alta mar fue él. Y lo hizo en unas condiciones especiales, por aire, en helicóptero y con destino a Reus (Tarragona), siendo el primero que pisó tierra tras el susto, ya que el resto de pasajeros lo hizo sobre las 21 horas del lunes, cuando la embarcación que les recogió llegó al Puerto de Valencia.

El actor Iván Ros, junto a la aeronave de Salvamento Marítimo. Foto: I. Ros

Porque Ros porta un desfibrilador cardiaco, cuyo seguimiento realiza en el Hospital de Son Espases pese a residir en Ibiza. En el momento de activarse las alarmas en el 'Tenacia', en la madrugada del lunes, se preguntó si alguien presentaba alguna complicación o incidencia médica. Iván explicó su caso y se le consideró como una excepción justificada por el riesgo que suponía para su salud afrontar una operación de rescate de esa complejidad.

«No me recomiendan normalmente emociones fuertes y aquel tobogán era interminable y en vertical. Vieron que no podían evacuarme y el médico del barco, al venir los bomberos de Reus, preguntaron a Salvamento Marítimo si podía ir en el helicóptero con ellos y, por suerte, había un hueco», relata Iván Ros, quien añade que le montaron «en una especie de cesta y subimos para arriba. Fue muy rápido y profesional, la verdad es que Salvamento Marítimo estuvo a la altura».

«En poco más de media hora», calcula, ya estaba en Reus, para posteriormente desplazarse hasta Valencia y Cullera. «Fui el último en salir del barco, toda una experiencia, pero lo importante es que todos los pasajeros y tripulantes están bien y no hubo que lamentar nada más que los daños materiales», asegura agotado por el ajetreo de las últimas horas.

Ros, en la madrugada del lunes, con el chaleco salvavidas.

A la vez, Iván Ros aprovecha para hacer un alegato en favor del personal de GNV, además de la actuación de Salvamento Marítimo. «Hubo nervios, había gente que lloraba, pero la tripulación y el capitán estuvieron a la altura», comenta, a la vez que asegura que desde la naviera han contactado con él «para pedirme si tenía algo en el camarote, pero no quedó nada más que ropa allí y no es importante. Eso sí, ahora habrá que saber cómo está la moto...», asegura con inquietud el actor ibicenco, protagonista de un episodio que «va a costar olvidar, la verdad».