Los dos acusados, el primer día de juicio con jurado, en la Audiencia de Palma. | M. À. Cañellas

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La presidenta del tribunal le comenta antes de reanudar el juicio con jurado este lunes que saben que su declaración va a ser difícil. Es el conductor que la noche del 8 de octubre de 2022 atropelló a un turista alemán de 20 años que fue arrojado desde una furgoneta por dos hombres que están siendo juzgados en la Audiencia de Palma por asesinato. La Fiscalía reclama una condena de 25 años de cárcel para cada uno de los dos acusados.

El testigo ha explicado que circulaba en un Renault Clio «tranquilo» por la autopista de Llucmajor en dirección a Can Pastilla. «Vi dos coches delante de mí que se abrieron y yo di un golpe a una cosa que no sé ni qué era, parecía una caja de cartón. Yo iba a 90 o 100 kilómetros por hora. Mi coche saltó bastante, como si cogiera un badén. Yo no me acerqué, pero con las luces de los coches que iban pasando se veía un cuerpo en el suelo«. El hombre ha comentado que la iluminación en la Ma-19 «era pésima» y que no le dio tiempo a esquivar al joven Tim Vogt. «No me dio tiempo a nada, ni a apretar el freno. No vi nada, fueron décimas de segundos», ha relatado.

El taxista que circulaba detrás del vehículo que arrolló al turista ha manifestado que se dirigía a hacer un servicio a la Playa de Palma desde el aeropuerto. «Entre la salida 11 y la 10 vi coches que hacían cosas raras, como si esquivaran algo, y cuando me percaté levanté el pie del acelerador y vi algo en mitad de la calzada, pero no me di cuenta hasta que bajé del coche y me acerqué», ha explicado.

El conductor del taxi se dio cuenta de que había un cuerpo tendido en mitad de la calzada y paró los coches para evitar que lo volvieran a atropellar. «Estaba en estado de shock, me tembló todo el cuerpo. Hacía más de 16 años que llevaba el taxi y nunca había visto una cosa parecida».

El amigo que viajó con Tim Vogt a Mallorca de vacaciones ha contado a través de videoconferencia que llegaron a la Isla el 5 de octubre y se alojaron en Cala Rajada, pero decidieron pasar una noche en Palma.

El 8 de octubre estuvieron en la playa y bebieron cerveza durante el día y vodka con limón por la noche. La última vez que vio con vida a su amigo fue sobre las 21.30 horas cuando se dirigieron a un restaurante de comida rápida. El joven, según apuntó su amigo, llevaba «bastante dinero» encima. «Dejamos la tarjeta bancaria en el hotel para no gastar mucho dinero».

–¿Conocían el camino de vuelta al hotel para ir a pie?– ha preguntado la abogada de la familia de la víctima.

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–Sí, perfectamente, porque varias veces al cabo del día lo hicimos juntos.

Dirk Helmut Vogt, padre del turista fallecido, ha recordado que su hijo estudiaba ingeniería electrónica. «Tenía un carácter increíble, era una persona muy amable y sociable». Nunca buscó peleas. «Amaba la vida», ha dicho el hombre, que ha agradecido al jefe del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional, Ángel Ruiz, su laboriosa investigación.

–Tim Vogt era mi hijo y mi mejor amigo.

«El sábado por la noche se presentó con una camiseta rota»

El encargado de una empresa que había subcontratado como electricista a uno de los acusados ha comentado que era una persona «muy agresiva» y que utilizó su furgoneta Citroën Berlingo durante el fin de semana. «El sábado por la noche [8 de octubre] se presentó con una camiseta rota. Me contó que se había peleado».

El testigo ha recordado que el procesado tenía derecho a vivir en la casa porque su jefe pagó 15 días de alquiler, «pero no podía estar llevándose una furgoneta y dejando una mesa llena de drogas con alcohol y quejas de vecinos». El responsable de la empresa fue despedido porque el vehículo había estado en «puntos calientes» y no tuvo forma de convencer al gerente de que no lo conducía él.

La presidenta del tribunal del jurado, Gemma Robles, ha agradecido al hombre su intervención a través de videoconferencia desde Málaga y se ha despedido de él.

–Gracias a ustedes y que se haga Justicia- ha respondido el testigo.