Méndez y Fernández Toxo, arropados ayer en Madrid por actores, músicos y escritores. | Reuters

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Los trabajadores del mundo de la cultura proclamaron ayer en Madrid su adhesión a la huelga general del próximo 29 de septiembre en un acto en el que participaron los secretarios generales de CCOO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez.

«Esta huelga general debería ser un grito, un plante y una línea a seguir por parte del movimiento obrero y la sociedad civil española, a fin de defender el patrimonio que heredamos de nuestros antepasados y el futuro de nuestros hijos», afirmó la escritora Almudena Grandes, encargada de dirigir el acto, al que acudieron Juan José Millás, Adriana Ozores, Miguel Ríos, Pilar Bardem y Antonio Carmona, entre otros.

El presidente de la Unión de Actores de Madrid, Jorge Bosso, tomó la palabra a continuación para destacar «el apoyo que la cultura ha brindado siempre a los movimientos sociales». «Nosotros vamos a la huelga porque hay una reforma laboral abusiva que nos afecta a todos los trabajadores», añadió.

No contra el PSOE

Asimismo, Bosso reclamó «respeto para los profesionales de la cultura, que representa un arma cargada de futuro». «Queremos que quede claro: esto no es una huelga contra un partido político, porque también estamos en contra de la situación en que la cultura se encuentra en Madrid», criticó. «Dicen las estadísticas que representamos el 5% del Producto Interior Bruto, pero nosotros también queremos ser el Producto Interior Culto de este país», dijo.

El secretario general de Comisiones Obreras, Ignacio Fernández Toxo, censuró la reforma laboral recientemente aprobada, ya que legitima «una simple gripe como causa de despido». «¡Ni en nuestras peores pesadillas, ni en los mejores sueños de Gerardo Díaz Ferrán!», exclamó. Además, explicó que «no todo es oropel en el mundo de la cultura, donde existe mucha precariedad, al igual que en la investigación, dos campos de importancia capital para una sociedad sana».

A su vez, el máximo responsable de UGT, Cándido Méndez, aseguró que «la cultura no es un adorno. Por supuesto que tiene incidencia en términos económicos, pero es mucho más que eso: es necesario enseñar valores a las personas».

Durante el acto se leyeron tres manifiestos, dos de ellos promovidos por trabajadores del mundo de la cultura y un tercero respaldado por universidades y organizaciones estudiantiles.