Como si de la película protagonizada por Michael Douglas y Kathleen Turner se tratara, el primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, y su ex esposa, Veronica Lario se encuentran en pie de guerra tras el rechazo de ella de la propuesta de 1.800.000 euros al año que le pasaría el magnate para el mantenimiento de la villa Belvedere en Macherio (Lombardía) y para otros gastos personales.
El primer ministro le ha ofrecido también el uso de la flota aérea de la familia, lo que ha sido rechazado rotundamente y calificada de «incongruente» por la segunda esposa de Berlusconi y madre de sus tres hijos pequeños: Barbara, Eleonora y Luigi.
El acuerdo amistoso pues parece lejano y todo apunta a que se solventará en los tribunales.
Así lo asegura hoy la revista Novella 200 que revela que Veronica Lario ha abandonado villa Belvedere y se ha trasladado a unas dependencias anejas a un hotel de lujo en Monza con cinco habitaciones, además de baños de mármol, sauna, gimnasio, billar y terraza.
«Se trata de la última declaración de guerra al marido», refiere la revista en su edición digital de hoy porque la primera consecuencia «de la estrategia consensual es la pérdida del usufructo sobre Macherio» y «a ello se debe la mudanza».
Veronica Lario pidió 43 millones de euros al año a lo que su marido respondió el pasado mes de mayo que le daba siete millones brutos más el usufructo de villa Macherio que ella tanto ama.
Todo parecía que iba sobre ruedas hasta que el pasado 24 de agosto se supo que Veronica Lario no aceptaba las condiciones que, según el semanario Novella, estaban relacionadas con el futuro profesional y patrimonial de los tres hijos habidos en común.
Lario considera que sus hijos están en clara desventaja respecto a la posición de los que Berlusconi tuvo con su primera mujer, Marina y Piersilvio.
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