El popular periódico, que difundió como otros medios locales el presunto mareo de la canciller, aclaró en su edición digital el malentendido y explicó que todo se debió a la mala suerte.
Según relata, durante la pausa la canciller se encontraba junto a sus acompañantes en el restaurante de la ópera cuando la silla en la que iba a sentarse se quebró y ella se deslizó debajo de la mesa.
Tras el consiguiente momento de confusión, Merkel recibió una nueva silla y continuó sin problemas el descanso antes de regresar al palco junto a su marido, Joachim Sauer, para asistir al segundo acto de la ópera, como el resto de aficionados de Wagner que un verano más se dieron ayer cita en Bayreuth.
El Bild había informado en un primer momento de que la jefa del Gobierno había perdido durante dos minutos el conocimiento en la primera pausa de la ópera wagneriana, recordando que no era la primera vez que le ocurría.
En diciembre de 2014 Merkel se mostró descompuesta durante una entrevista con la televisión pública, que reanudó tras un breve descanso.
El Festival de Bayreuth, que se prolongará hasta el 28 de agosto, quedó inaugurado ayer tarde con el estreno del Tristán e Isolda dirigido por Katharina Wagner, la biznieta del compositor.
Merkel, fanática de Wagner, acudió como es su costumbre al evento acompañada de su marido, luciendo un traje azul turquesa y saludando de visible buen humor a los centenares de curiosos que aguardaban a la entrada y que la recibieron con aplausos.
En una recepción al término de la gala, Merkel mostró su agrado por la producción dirigida por Katharina Wagner.
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