La modelo de 18 años, que además padece problemas cardíacos, desfilará el domingo para FTL Moda y se convertirá en la segunda persona con Síndrome de Down en las pasarelas de la Gran Manzana, después de la actriz Jamie Brewer.
Pero para Maddy, como se le llama cariñosamente a esta chica nacida en Brisbane, la gran aspiración de su vida nunca ha sido ser modelo en sí, sino que a través de ello intentar lograr un objetivo más altruista.
«Ella ama modelar y la apoyo en su sueño, pero para mí y para ella se trata de propagar el amor y educar a la gente», comentó a Efe Rosanne Stuart, madre y representante de Maddy.
Hace más de un año bastaron las palabras «mamá, yo, modelo», que salieron de la boca de esta joven con limitada capacidad de expresión oral para que su madre se decidiera a luchar por su sueño.
Ahora Maddy es el rostro de la empresa de cosméticos Glossigirl, mientras que la fabricantes de bolsos EverMaya ya ha bautizado uno de sus productos como «The Madeline», cuyas ganancias se donan a la Sociedad Nacional con Síndrome de Down.
Por si fuera poco, Maddy ha sido nominada para galardones como «Orgullo de Australia» o «El joven australiano del año», y pronto recibirá el premio «Modelo del año» Melange 2015, en San Francisco, según su portal de internet.
Con más de 466.590 seguidores en Facebook, Maddy se ha convertido en una inspiración para muchas personas con necesidades especiales, no solamente en su país sino también en Europa y en los países de habla hispana.
Sus conquistas la han convertido en embajadora honoraria de inclusión social, que lucha por derribar prejuicios contra la gente con necesidades especiales en el duro negocio de la alta costura, que ya empieza a incorporar a modelos con sobrepeso o transgénero.
«Maddy ama a la gente, quiere a todos por igual. Es un valor en el que creo y con el que he educado a mi hija», aseguró Rosanne Stuart, quien remarcó el mensaje a favor de la inclusión de las personas con discapacidad.
«Quiero que la sociedad vea lo que me ha enseñado, a ser una mejor persona, y quiero hacer a través de ello un mundo mejor», explicó la madre de la modelo, cuya vida ha cambiado solamente por la gran cantidad de viajes que realiza.
«Madeline hace deporte siete días a la semana y yo la llevo a todas partes. Ella busca participar en todo, ha hecho paracaidismo, esquí acuático. Todo lo que yo considere que es seguro para ella», señaló su orgullosa madre.
Antes de partir a Nueva York, Maddy, quien ha perdido 20 kilos para convertirse en modelo, asistió el miércoles al Festival de Cortometrajes «Focus on Ability» (Enfoque en la Habilidad) en un teatro de Sídney con un vestido palabra de honor largo, blanco y plateado.
Maddy aplaudía con entusiasmo desde un palco, aunque en los pasillos se mostraba algo nerviosa por su viaje a Nueva York.
En esa ceremonia también brilló, entre otros, Brandon Mederos, un joven autista australiano, de padre uruguayo y madre argentina, que presentó en ese festival su cortometraje «Obsession = Job Skills» (Obsesión = Habilidades Laborales).
El joven se ha convertido en una inspiración para la comunidad hispano parlante de Australia por haber creado «El club de Brandon» para reunir periódicamente a niños y adolescentes en el barrio de Parramatta, entre ellos aquellos que tienen algún tipo de discapacidad, para socializar fuera del colegio.
El próximo mes, Brandon tocará como batería en un evento para indigentes en Sídney y ha sido nominado para el Premio a la «Unleashed Changemaker» para reconocer a los jóvenes innovadores, según dijo a Efe su madre, Roxana Derudi.
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