La presentadora, que explicó en su día que aprovechó esta entrada en quirófano para corregir el volumen que perdió tras tener a su hija Luna, aseguró en diciembre que nunca se habría operado del pecho por estética de no ser por este bulto que le encontraron. Aun así, el postoperatorio no le ocasionó ninguna molestia en la zona, sino más bien en la espalda, por tener que dormir sentada, y en el estómago, por las pastillas.
Este miércoles por la noche, Abenia aprovechó para hacer una ronda de preguntas en su Instagram, muchas de las cuales eran sobre su intervención. «Yo quería que la gente me siguiera mirando a los ojos, así que me he puesto un tamaño normal», contestó entre risas a una cuestión sobre cuánto había aumentado su pecho.
Pero también dejó claro que no le fue plato de buen gusto tener que someterse a una operación, pues lo hizo obligada por la detección de un bulto, y elegir dónde hacérsela fue una «decisión compleja»: «Sabía que me lo tenía que hacer con el mejor. Me daba pánico entrar en quirófano hasta que di con el doctor Iván Mañero».
«Por mis circunstancias necesitaba que me operaran con mascarilla laríngea, porque en la operación de tiroides me tocaron el nervio recurrente debido al bulto», añadió y alabó las técnicas y la tecnología del hospital Im Clinic.
Aun así, Adriana Abenia confesó que solo ha hecho topless una vez en su vida, pero nunca más lo hará, pues quiere tener mucho cuidado con el sol y suele usar una protección fuerte.
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