Con una victoria por la derecha, el suizo Nemo le ha roto este sábado los códigos a un Eurovisión convulso, el más polémico de su historia, haciendo gala de un mensaje conciliador en defensa de las identidades de género no normativo. Él ha sido el primer artista declarado persona no binaria que se hace con el codiciado micrófono de cristal, cuando solo unas horas antes las apuestas lo relegaban al tercer puesto por detrás de Croacia y de Israel. «¡Espero que este concurso pueda estar a la altura de su promesa y continuar defendiendo la paz!», ha declarado muy emocionado tras conocerse el resultado.
Su triunfo ha despejado algo el horizonte negro que asomaba con Israel como ganador y organizador de la próxima cita, tras una edición tensada hasta el extremo por su presencia en este otrora foro de convivencia en medio de su cruenta ofensiva militar en Gaza, con casi 35.000 civiles palestinos muertos, prácticamente la mitad de ellos niños.
Se ha hablado tanto de los abucheos a su representante en todas sus actuaciones o de las constantes peticiones de expulsión, con la ciudad sueca de Malmö convertida en epicentro de las protestas propalestinas, que ha quedado en algo anecdótico el 50 aniversario de 'Waterloo' de ABBA, al que tanto debe la actual identidad de este festival.
Frente a ese espíritu de color y celebración musical, hasta la gran final se fue produciendo un reguero de episodios cada vez más agrios que culminó este sábado con una descalificación, sí, pero la del representante holandés, Joost Klein, un castigo que su TV ha considerado «desproporcionado» por realizar un «gesto amenazante» a una operadora de cámara del festival en un contexto de tensión.
Una gala con abucheos
La gala ha arrancado con un mensaje de la princesa Victoria de Suecia y con la actuación de los representantes musicales de su país este año, los hermanos Marcus & Martinus. Les han relevado propuestas como la celestial exaltación ucraniana al poder femenino o el retorno de Luxemburgo tras 30 años de ausencia.
Después la artista israelí ha vuelto a entonar su exaltación de la resistencia en momentos adversos entre aplausos de una parte del público y abucheos de otra, más sonoros aún si cabe que en sus anteriores actuaciones con público. La irlandesa Bambie Thug ha saltado finalmente al escenario para su apabullante invocación demoníaca, algo que a media tarde no estaba tan claro a causa «de una situación» que requirió una reunión urgente con la UER.
Destacables han sido también la aparición por Reino Unido del alma de la banda global Years & Years, Olly Alexander, con un homenaje a la música de The Pet Shop Boys, así como la cumbia experimental de la italiana Angelina Mango, con un nuevo vestuario en negro o la elegante presentación de la portuguesa Iolanda.
Ya en el tramo final se han acumulado algunos de los grandes favoritos. Primero Nemo, que con 'The Code' ha hecho gala de su talento como rapero y cantante de tesitura lírica, todo saltando sobre una inestable plataforma giratoria que en un principio lo arrastra, como las convenciones sociales, hasta que aprende a surfearlas y, como reza el estribillo, «rompe el código».
El croata Baby Lasagna ha combinado el influjo de Rammstein con elementos visuales y musicales del folclor de su país, para reflexionar así sobre el éxodo forzoso de miles de estudiantes de su país para buscarse la vida en otro. Para terminar, el francés Slimane, con un cercano diálogo de tú a tú con la audiencia como «partenaire» sentimental, en coordenadas musicales de clásica canción francesa y un nada habitual fragmento «a capella» a metro y medio del micrófono que pasará a la historia del festival.
Suiza, el más votado de los jurados
En el tiempo de votación ha llegado la celebración de 'Waterloo' y la reaparición de ABBA, pero en formato de hologramas, como los de su espectáculo londinense con las voces originales de los miembros del grupo. Tres excampeonas de Eurovisión se han encargado de revisitar el tema en su ausencia: las suecas Carola y Charlotte Perrelli y la austríaca Conchita Wurst.
Posteriormente han llegado los resultados de los 37 jurados, más accidentados que en otras ediciones por los abucheos para el supervisor ejecutivo de Eurovisión, Martin Osterdahl, por las decisiones tomadas en esta edición y la negativa de Países Bajos de presentar los votos de su jurado, al igual que el finlandés Käärijä y la noruega Alessandra Mele, participantes ambos en 2023. La gran mayoría le ha dado a Suiza su máxima puntuación, por lo que ha acabado este tramo como la candidatura más votada, con 365 puntos, por delante de Francia (218) y Croacia (210).
Este último país ha sido el receptor del mayor volumen de puntos del voto popular, hasta sumar 547 puntos, insuficientes sin embargo para alcanzar a Nemo, que ha concluido la competición con 591 puntos, mientras que Ucrania ha completado el podio con 453. Los jurados habían dejado ya mermadas las opciones de Israel a la victoria, en decimosegunda posición con 52 puntos. Ha sido el voto popular el que le ha insuflado empuje suficiente para propulsarse finalmente hasta el quinto lugar, por detrás de Francia. El resto del «top 10» ha quedado así: 6) Irlanda, 7) Italia, 8) Armenia, 9) Suecia, 10) Portugal. A la cola, Noruega.
17 comentarios
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Es un festival que de cada año me decepciona más. El de este año se lleva el gordo. Un sonido malísimo !!! Al representante de Francia por ejemplo no se le escucha nada. Y que decir de las actuaciones !! De lo original que pretenden ser,hacen el ridículo. Temas malísimos en general.
De hecho Nemo tiene un aura angelical. El outfit también recuerda a un ángel. Comparten una característica no binaria. Muchas coincidencias y según el jurado se ve que canta como un ángel.
ViriatoNo se pot dir mes clar¡¡¡
Fakejóo & Puça PaparraUn alter facha ignoranrt
El héroe ateniense Temístocles, dijo hace 2.500 años: “La democracia tiene una gran desventaja: continuamente hay que lidiar con la opinión de los idiotas expresada a viva voz”.
No es mas que un festival de la mas diversas especies humanas De p3na
En mi finca tengo una variedad de cerezos que es autofertil. También conozco una historia de una señora que es autofértil. En ella aparecen unos individuos voladores sin sexo definido (algo parecido a sexo no binario). Y ahora se escandalizan porque Nemo sea como es. Y en cambio se creen ser el estandarte de la libertad. No se enteran de nada, siempre van con retraso.
Dan auténtica risa todas esas invenciones y ridículas tonterías del inframundo Woke, que parecen diseñadas por y para cretinos con menos cerebro que una ameba. Una de las más patéticas es lo del sexo no binario. Miren, a los demás nos importa realmente un soberano pepino que un sujeto o sujeta se sienta o se declare no binario, o que se declare flor silvestre, o que piense que es un cubo de cocina o un animal de compañía. Pero las cosas son lo que son, y las personas, los animales, las plantas, también. El ser humano, según ha establecido la propia naturaleza evolutiva a través de millones y millones de años, puede tener únicamente sexo masculino o sexo femenino. Y no hay más. A partir de aquí, si alguien de repente afirma que no es hombre ni es mujer sino todo lo contrario, o diga que es un ornitorrinco, eso ya entra directamente en el campo de la psiquiatría. Ya vale de tant estupidez. Occidente acabará por autodestruirse y será gracias a todas estas mandangas para bobos.
Fakejóo & Puça PaparraTe das de entendido en la materia pero para tu información no existe el sexo no binario, es género no binario. Aprende la diferencia entre sexo y género y después intenta darnos lecciones de wokismo progresista.
El representante de Suiza ha sido el ganador de Eurovisión. Es una persona de sexo no binario. El fatxorum no entiende que pueda haber una persona con sexo diferente a masculino o femenino. Les cuesta progresar tal como evoluciona la sociedad, siempre van con retraso.