Si la parte positiva de la atípica situación que estamos viviendo es el aumento considerable de consumo de los productos hortofrutícolas y de cordero ecológicos, no pasan por la misma suerte otros productos agroalimentarios –también ecológicos-, de los cuales sus ventas han caído en picado, principalmente aquellos que tienen una fecha de caducidad próxima, como son los embutidos o quesos.
También se ven muy afectados otros como el aceite o el vino, ya que muchos de los productores habían apostado para su comercialización a hoteles, restaurantes y cafeterías (canal Horeca) y su cierre debido a la crisis sanitaria les ha parado las ventas.
Precisamente el canal Horeca sirve como plataforma de distribución principalmente a éste tipo de establecimientos, aunque además de la industria del turismo también está enfocado al consumidor local.
Con el parón sin previo aviso y sine die de estos establecimientos Horeca, los productores locales ecológicos que les vendían gran parte de su producción han quedado sin mercado. Además, muchos de ellos realizaban durante el año visitas guiadas a sus fincas e instalaciones, una actividad que también ha quedado parada.
Por ello, desde la Associació de Productors Ecològics de Mallorca (APAEMA) están realizando una campaña a través de las redes sociales para invitar a la ciudadanía a que consuma éstos productos de la tierra y ecológicos; que cuando hagan una compra de fruta, verdura o cordero pidan incluir en la cesta vino, aceite, queso, embutidos, confituras, o elaborados de almendra y de algarroba, de manera que no se pare la demanda de estos productos y se ayude a estas explotaciones a mantenerse.
Así, estos días un grupo de éstos productores se están organizando para preparar atractivos lotes para distribuir a domicilio y poder sacar al mercado sus productos.
Uno de los muchos productores afectados por el parón es Miquel Coll, productor de Olíric, que en su finca de Ses Rotes, en Santa Eugènia, produce unos aceites de oliva virgen extra ecológicos excepcionales. «Recientemente dos de nuestros aceites han sido premiados en la feria Biofach de Nüremberg, la más importante del mundo del sector ecológico, y teníamos muchas esperanzas puestas en esta campaña, pero ahora tenemos que reinventarnos», incide Miquel Coll.
A pesar del parón comercial, su trabajo sobre el terreno cuidando los olivos, almendros o algarrobos continúa, con su consiguiente esfuerzo y coste económico que supone, ya que el ciclo agrícola no se para.
2 comentarios
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Totalmente de acuerdo con el comentario anterior, esos aceites envasados como si fueran perfumes se venden a precio de oro líquido!!! Cierto que están y son buenos esos productos pero los han hecho poco asequibles para el ciudadano de a pie. Quizá ahora se replanteen el modelo de negocio.
La mayoría de la producción ecológica en esta isla y en general en casi toda España se ha convertido en un producto gourmet y elitista. Solo al alcance de las economías más pudientes. En el caso de Baleares un porcentaje considerable de esos consumidores eran los extranjeros que ahora no están...