Toni Gabriel Sánchez Gelabert, en su puesto de venta de frutas. | Redacción Part Forana

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Toni Gabriel Sánchez Mairata (2000) es la cuarta generación de vendedores de frutas y verduras del mercado de los jueves de Inca y de otros municipios de la isla, del negocio que regentan su padre y su madre, Frutas y Verduras Mairata.

El joven es licenciado en biología y este año empezará un máster de oceanografía en Barcelona. Los meses de verano, Toni Gabriel ayuda a su padre en el negocio familiar, que cada jueves no falla con su puesto habitual de frutas y verduras en la Plaça Santa Maria Major del municipio de Inca.

Los productos que suelen vender lo compran a productores mallorquines y además tienen una pequeña finca de olivos y naranjos, pero que «no es suficiente para vender», añade el joven.
Toni Gabriel hace balance de esta temporada: «el melón, la sandía, los tomates no han tenido muy buena temporada». Este año las frutas que eran típicas de verano como la sandía o el melón han perdido protagonismo debido a la subida de precio. «Los clientes saben que ha sido una mala temporada y por eso ya no lo compran, aun así los precios ya se han estabilizado. Por el contrario, las frutas que estos meses se han vendido más han sido los melocotones y las nectarinas, que no suelen triunfar estos meses».

Además, este verano ha estado muy marcado por las altas temperaturas. «Los clientes, a partir de las diez de la mañana, los días que las temperaturas están a 35 grados, no suelen venir a comprar porque es insostenible y nos afecta a la venta. A partir de esta hora suelen venir más extranjeros a comprar, que cada vez suelen ser más. En nuestro caso, cada vez es más complicado trabajar por el bochorno que hace».

Por otra parte, hay más competencia con los grandes supermercados «porque es difícil hacer frente a sus precios y a las facilidades que ponen, ya sea con el acceso al párking, los horarios y la variedad supone que sea difícil competir con ellos. Sin embargo, el producto siempre será de mayor calidad, ya que es quilómetro cero y contribuye a medio ambiente».

Aún así, en Inca se ha mejorado mucho, el Ayuntamiento pone facilidades para fomentar la venta y mejorar las condiciones, así como actividades para atraer a más gente campañas de reciclaje, explica.
También «hay que tener en cuenta que es un día entre semana y mucha gente trabaja y no puede acercarse».

El joven no tiene pensado seguir con el negocio porque quiere apostar por su pasión, el mar. «Aunque no este en mis planes de futuro, no reniego de ello». Aun así, el joven añade que «aunque a veces es complicado lidiar con la gente, como en todos los trabajos cara al público, también me gusta mucho venir a vender al mercado para ver el ambiente, poder interactuar con los clientes de toda la vida de una forma cercana» concluye desde su puesto en Inca.