Oliver cuenta con unas 380 ovejas y cultiva unas 150 cuarteradas para poder abastecer el rebaño, «este año está todo seco». | Francesca Marí

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Ser joven y ganadero se ha convertido en toda una proeza en Mallorca. Es el caso de Sebastià Oliver (Felanitx, 1988) que optó por aparcar los estudios en la universidad para dedicarse de lleno al Fora Vila. De esta manera, Tià recuperaba el trabajo que habían forjado sus padres, abuelos y bisabuelos, cuidando las tierras de Son Negre natal.

Si bien en cuando era pequeño la familia contaba con una ganadería de vacas, hace ya 29 años que cambiaron estos animales por rebaños de ovejas donde llegaron a tener unas 500. En la actualidad, Tià Oliver cuenta con 380 cabezas. Al hablar con él, el amor por el campo y los animales, queda muy patente, aunque lamenta que en los últimos tiempos sacar adelante la explotación agraria es muy complicado.

La sequía agrícola que se ha cebado con intensidad en la comarca del Migjorn ha puesto en ‘jaque' a los ganaderos de la zona. «Tenía cultivadas unas 15 quarterades de ordi mallorquín que he perdido por completo. Este año no podré cosechar nada de cereal para los animales», lamenta. Y es que además de la escasez de precipitaciones hay que añadir las altas temperaturas de las últimas semanas y el viento cálido procedente del Sáhara que ha dejado los campos completamente secos. «Si bien el pasado enero ya veíamos que perderíamos parte de la cosecha, con las pequeñas lluvias posteriores de febrero me animé a volver a sembrar e incluso regué algunas tierras para no perder toda la cosecha, no ha servido para nada, lo vamos a perder», lamenta.

El joven ganadero reconoce que esta situación que él vive en Felanitx, no afecta a toda la Isla por igual. «Hay zonas de Santanyí, Campos y Llucmajor que están completamente secas, mientras en el Pla, Tramuntana o Llevant, sí que podrán recoger el cereal y las balas de pajas», añade. Ante tal situación, Oliver reclama al Govern que emprenda medidas concretas para el sector que está más afectado como son los ganadero del Migjorn. «Los emplazo a que se paseen por aquí, que visiten las fincas y conocerán de primera mano las grandes pérdidas que tenemos», asegura. No en vano, hasta el momento Tià ya ha tenido que desembolsar unos 8.000 euros para la compra de comida para el rebaño.

«Si no podemos recolectar nada, tendremos que comprarlo todo, porque las ovejas comen cada día. Y ello conllevará un gasto que es prácticamente inasumible ya que prevemos un incremento de los precios», explica mientras lamenta que «si viene otro año igual será muy difícil aguantar. Porque si trabajas más de 10 horas cada día y pierdes dinero, sabes que la explotación agraria es inviable». Oliver participó en la tractorada que paralizó el centro de Palma para reclamar más medidas para el sector primario. Reconoce que hay que haber un debate serio para afrontar el futuro ganadero de la Isla.