Omar, en la finca de Son Marc, ubicada en sa Pobla, con dos enormes remolachas que ha cultivado en sus tierras. | J.R.

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El caso de Omar Jover (Alcúdia, 1993) es de esos ejemplos en los que la pandemia supuso un cambio para mejorar y cumplir objetivos en la vida de una persona. A raíz de la covid, dejó su oficio de cocinero a raíz de un ERTE y decidió lanzarse a la aventura agrícola, un sueño que tenía desde años atrás. No en vano, había comenzado sus estudios en ingeniería agrónoma y completó su formación con diversos cursos de APAEMA.

Arrancó en un huerto familiar en Palma, pero tras obtener una subvención para jóvenes agricultores pudo disponer de una explotación propia en sa Pobla distribuida en las fincas de Son Marc y es Vinyet. En este último caso quiso poner en marcha un grupo de cooperación y de experiencia colectiva, «pero no funcionó demasiado bien y ahora con Tomeu Domenge, de Can Domenge, y yo hemos sembrado sandías y queremos ponernos en contacto con entidades propalestinas -la sandía es un símbolo de resistencia- para hacer un donativo y contribuir a la causa».

Desde el primer momento tenía claro que se decantaría por la agricultura ecológica y considera que «tiene un gran componente social y un impacto muy positivo tanto en la tierra donde se cultiva y en los consumidores que se benefician de ella». También cree que entre los agricultores que se decantan por la variante ecológica «hay más colaboración, aunque aún falta para llegar a los niveles de otros países». En este sentido relata «un viaje de formación que hicimos a Francia. Ahí vimos como está muy interiorizada la relación entre el payés y el consumidor. De hecho, estos reciben una canasta de productos semanal, pero pagan por adelantado todo el año y de esta forma el agricultor tiene liquidez para poder desarrollar su actividad».

Omar Jover también confecciona cestas de productos de temporada para particulares y lo hace en colaboración con la cooperativa Pagesos Ecològics de Mallorca para poder disponer de una variedad que no canse al consumidor. De hecho, ahora él se encarga de producir sandías y patatas, que se incluyen en las cestas, aunque también en sus terrenos crecen melones, pimientos, calabazas, pepinos, puerros,... También distribuye para dos grupos de consumidores en Sineu i sa Pobla. Las cestas están disponibles a través de su perfil en redes sociales: Utopik Sa Marjal.

Su dedicación a la agricultura ecológica se ha decantado hacia la agroecología, «que va más allá de las exigencias legales de la ecológica, que son muy laxas» y ha comenzado un proyecto de permacultura en sus fincas, «con las que conquistaremos áreas con cultivos leñosos». También vende en el mercado ecológico de la plaza de los Patines de Palma y hasta ahora iba al mercado de los jueves de Inca, «pero lo he dejado porque quiero potenciar mi presencia en Palma y la distribución de las cestas a través de mi marca Utòpik».