Antoni Nicolau ‘Pinoi’ en Porto Cristo, uno de los lugares donde suele pescar más habitualmente. | Cati Amores

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Desde bien pequeño, Antoni Nicolau ‘Pinoi’ (1972), ha estado ligado al mundo del mar y de la pesca. Después de aprender las técnicas básicas de este arte a través de su padre y de forma autodidacta, no dudó ni un momento a pasar a formar parte del club de pesca Porto Cristo nada más crearse. De su mano empezó a profundizar en la pesca como afición y también como deporte. Se inició en concursos, lo que le permitió ir aprendiendo más sobre pesca con el ejemplo de otros pescadores. El nivel de los concursos en los que participaba iba creciendo a la par que su nivel. Tras la disolución del club de su pueblo natal pasó a formar parte del club los Serrans, de Manacor y en el cuál aún sigue en activo. Ha sido una vez campeón de Baleares de pesca de corcheo y campeón de Baleares de pesca de surfcasting hasta en dos ocasiones, además de reconocido como mejor deportista de las Illes Balears por la Federació Balear de Pesca en 2010. Sin embargo, para él, la pesca es más que un deporte, es una afición reconfortante y un modo de vida.

La pesca de corcheo, que permite pescar en la orilla o en la playa es la que más le aporta. «Creo que para ser un buen pescador debes tener instinto innato», asegura. Así, recuerda como de pequeño cuando iba con mi padre a pescar «siempre quería más y más y eso es algo que llevaba dentro». Pese a que mucha gente pueda pensar que el mundo de la pesca no requiere de ningún dote especial, Toni Nicolau asegura que «pescar no es tirar una caña y esperar, es ir a buscar tu mismo al pez conociendo los lugares, prestando atención a cada pequeño detalle que pueda darte información de lo que pasa allí abajo».

Para obtener buenos resultados lo más importante es el montaje. «El montaje del cebo es la parte más crucial de la pesca, conseguir que parezca todo natural», explica. Estos detalles son los que marcan la diferencia. «Puedes darle una caña pésima a un buen pescador que te sacará pescado», señala. La técnica de pescar se va depurando y mejorando con la práctica aunque reconoce que «el pez también aprende». En este sentido, recuerda que «hace años con cualquier cosa podías pescar y funcionaba, ahora, las técnicas y herramientas que se usan para ello son mucho más precisas y mejores y aún así puedes no pescar tanto».

Para pescar también hay unos horarios. «El animal busca su comodidad, en verano busca temperaturas óptimas y en invierno busca sol». Normalmente se pesca a primera y última hora.
Aunque para ejercer la pesca recreativa es necesaria una licencia, Nicolau, reconoce que como en muchos otros casos «pagan justos por pecadores» y cada vez hay más prohibiciones en este ámbito. «Quien de verdad ama el mar y este arte cuida el entorno, no deja suciedad y sobre todo, devuelve los peces que no va a comerse al mar, porque aquello que se va, ya no vuelve», concluye.