Es época de preparar y observar.

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Estas semanas de días muy cortos y fríos se puede decir que fora vila hiberna. Es el período de menos actividad agrícola. Muchos cultivos y árboles descansan. Y los agricultores y ganaderos reducen su actividad laboral, preparándose para la primavera que es cuando más trabajo exige el campo.

Algunos agricultores aseguran que el año agrícola se presenta mucho mejor que otros años. Tras un verano largo y muy seco, con un nivel de sequía preocupante, estos últimos meses del año ha llovido bien y los terrenos agrícolas han recuperado el color verde y una sazón muy óptima para afrontar los próximos meses.

El técnico agrícola Miquel Serra, comenta que «estas lluvias han sido muy buenas para pasturas, cereales, legumbres. También para los árboles, olivos, vid. Principalmente este mes de diciembre ha llovido muy bien. No ha habido ninguna contraindicación porque es ahora que tiene que llover, y la tierra está húmeda».

El técnico agrícola Miquel Serra comenta que las lluvias han sido muy buenas para las pasturas y legumbres .

Las tareas propias de esta época son, principalmente, la siembra de árboles –que no tienen hoja- como almendros, cerezos o ciruelos, entre otros. «Tradicionalmente –explica Serra- en esta época se podaban muchas clases de árboles pero esta tendencia ha cambiado. Ahora la época de poda se ha avanzado o retrasado, pero no se hace ahora». Recuerda que no se podan los árboles que no tiran hoja, tales como el algarrobo, la viña o el olivo, entre otros. Tampoco los naranjos y limoneros que están en su época de producción. «No se les puede hacer cortes con el frío, porque les daña la madera. Ahora es tiempo de descanso», comenta.

Las tareas que aprovechan los agricultores y ganaderos son más de acopio de estiércol, que lo tendrán que aplicar más adelante, el arreglo de invernaderos o reparar mangueras de regadío, entre otras múltiples tareas. «En fora vila siempre hay cosas que hacer», comenta un agricultor. También es la temporada que menos se recolecta, solo la hortaliza de invierno y los cítricos. «Es la época de observación y de preparar, de bajar un poco el ritmo, que vuelve a aumentar muchísimo a partir de marzo. De marzo a junio son cuatro meses frenéticos», comentan algunos de los agricultores consultados.

También a partir de marzo o abril será cuando se empezarán a ver más los beneficios de la lluvia caída estos últimos meses. Árboles y cultivos, lo notarán. «Parece que las pasturas se salvan», aseguran los payeses más optimistas. «Todo indica que será un buen año agrícola», vaticinan.