Porque el orden de los factores, sí altera el producto si hablamos de belleza. De hecho, la efectividad de los productos depende de la sucesión en el que se apliquen. Esto, sumado a la frecuencia, son las dos claves para mantener una tez cuidada. Pese a que existen tratamientos para los diferentes tipos de piel, la secuencia de los cosméticos es siempre igual. La regla universal dice que deben ir formando capas según su densidad, de menos a más, para que se absorba correctamente. Como nadie construiría una casa por el tejado, te contamos con detalle la manera de 'cimentar' tu rutina de belleza.
Limpieza
Cremas, tónicos, aceites... la lista se puede extender, pero la base siempre se construye desde un lugar común. El gel limpiador es el punto de partida. Constituye un principio ineludible, puesto que lavar la piel es esencial para luego poder tratarla. Tanto mañana como noche, conseguiremos purificar la epidermis eliminando los restos de polución y maquillaje. Para esto lograr esto último, es posible que también necesitemos utilizar una leche desmaquillante o un agua micelar. Evitando las clásicas toallitas, ya que los expertos apuntan que son muy deshidratantes.
La exfoliación puede formar parte de este paso. Con el objetivo de eliminar las células muertas de la parte más superficial de la piel, esta segunda limpieza se realizaría de forma esporádica. Es decir, una o dos veces a la semana o días alternos. Los exfoliantes menos astringentes son los químicos, estos utilizan ácidos y enzimas para renovar el cutis. Las rutinas de belleza coreanas, en este momento, deciden aplicar un tónico. Se trata de un producto que sirve para completar la limpieza y reequilibrar la película hidrolípidica. De esta manera, la piel estará más receptiva al resto de cosméticos y logrará una mayor hidratación.
'Sérum'
El siguiente producto es un básico indispensable. Lo mínimo para lograr un piel hidratada es utilizar un limpiador, un sérum y una crema hidratante. Su formulación suele partir de una concentración de activos, cualidad que le hace altamente hidratante y capaz de profundizar en las capas de la piel. Lo ideal es encontrar uno que se adapte a nuestras necesidades. Estas pueden ser un tratamiento anti edad, uno para eliminar las manchas o para tratar las imperfecciones. Como el suero facial es de rápida absorción, enseguida se podrá aplicar el siguiente producto.
Hidratación
La hidratación del rostro se podría dividir en secciones: ojos, labios, cuello y cara. Dependiendo del tiempo que tengamos para realizar esta rutina, podemos elegir diferentes cremas hidratantes para cada una de las zonas faciales. Por ejemplo, un contorno de ojos puede ser efectivo para tratar el tejido alrededor de la mirada y evitar la aparición de arrugas y bolsas. Para la boca, también existen tratamientos como mascarillas nocturnas o bálsamos. En todo el rostro será necesario utilizar un tratamiento nutritivo que se ajuste a la temporada del año y las características individuales. Pero en general, de día buscaremos una crema que hidrate la piel y por la noche una para regenerar.
No hay mejor antiarrugas que la protección solar. Utilizar una crema protectora ante la radiación UVB y UVA es necesario todos los días del año. Actualmente, hay una amplia gama de SPF con características aptas para todas las pieles, más ligeras para las grasas, biodegradables, hipoalergénicas, matificantes para las que tienen imperfecciones e, incluso, cremas con color, que hacen a la vez de base de maquillaje. Por lo que, no hay excusa para renegar de la barrera protectora.
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