Todo lo que debemos saber si estamos pensando en hacernos o si ya llevamos tatuajes. | Pexels - Bethany Ferr

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El 38 % de la población está tatuada. Es una práctica cada vez más popular y tiene un gran impacto en la estética de uno mismo. No cuidarse ni limpiarse bien puede afecta en la piel tatuada llevando a la aparición de infecciones, hecho que se traduce en enrojecimiento, hinchazón, dolor y secreción de pus. A la hora de hacernos tatuajes hay que saber que requieren un cuidado y más con el verano de por medio.

Los expertos han dado unas pautas de cómo podemos mantener una protección segura en verano. El primero es usar protección solar, ya que los rayos UV pueden hacer que la tinta se vaya desvaneciendo progresivamente y deje el tatuaje de un color verdoso. Podemos utiliza run SPF de al menos 30 de protección encima de tus tatuajes e ir poniendo crema cada dos horas, dependiendo de como notemos nuestra piel.

También hay que mantener nuestra piel bien hidratada, ya que en verano con el calor se reseca mucho. Utilizar crema sin perfumes es la mejor opción para evitar posibles erupciones o eccemas. Evitar el agua salada o el cloro durante el proceso de curación es esencial, al menos dejar entre dos y cuatro semanas, pero una vez curados si nos aseguramos de ponernos crema no debería suponer ningún problema.

Es muy importante mantenernos cuidados desde dentro. Una alimentación balanceada y estar bien hidratados facilitará el proceso de curación y cicatrización de los tatuajes. Por eso es importante beber mucha agua. Hay que recordar que tampoco debemos exfoliar la zona tatuada hasta que no esté cicatrizada. La depilación láser no es un buen aliado de las tatuajes. Tendremos que evitar a toda costa el lugar en donde nos hayamos hecho uno ya que el láser lo que hace es quemar el vello y esto puede quemarnos la zona tatuada.