El trabajo no es una excusa para no disfrutar de platos deliciosos. | Rafa Suarez Foto

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Con la llegada del verano y las elevadas temperaturas, la necesidad de comidas ligeras y refrescantes se hace más presente que nunca. El trabajo no es una excusa para no disfrutar de platos deliciosos que, además de ser saludables, nos aporten la energía y frescura necesarias para enfrentar la jornada laboral. Llevar el táper al trabajo se convierte, entonces, en una excelente oportunidad para incluir opciones rápidas, fáciles y sobre todo, refrescantes. Por ello, si buscas ideas rápidas y deliciosas, aquí te presentamos tres propuestas que te conquistarán.

1. Ensalada de legumbres con tomates y atún

La combinación de legumbres con tomate y atún no solo es fresca y sabrosa, sino también nutritiva. Esta receta es especialmente beneficiosa para aquellos que buscan mantener la energía durante la jornada laboral. Para elaborarla, basta con mezclar garbanzos o lentejas cocidos (puedes optar por versiones ya preparadas para ahorrar tiempo) con tomates cherry cortados por la mitad y atún al natural escurrido. Aliña con aceite de oliva, vinagre y una pizca de sal. Añade albahaca fresca o perejil picado para darle un toque aromático.

2. Fajitas de pollo con guacamole

Si buscas una comida que sea tan práctica como deliciosa, las fajitas son la solución. Toma pechuga de pollo ya cocida y córtala en tiras finas. Calienta las tortillas de maíz o trigo en una sartén sin aceite durante unos segundos. Luego, rellena con el pollo, con cebolla morada en juliana, pimientos de colores y una salsa a base de yogur y lima. El toque final y estrella es el guacamole, que puedes preparar triturando aguacate con jugo de limón, sal y un poco de cilantro. Si te sobra tiempo, añade tomate picado y cebolla al guacamole para más sabor y textura.

3. Gazpacho con hierbabuena

El gazpacho es la sopa fría por excelencia del verano español. Refrescante y saludable, es una excelente opción para los días más calurosos. Para esta receta, tritura tomates maduros, pimiento verde, pepino, cebolla, ajo y pan duro con agua, aceite de oliva, vinagre y sal. Una vez obtenida una mezcla homogénea, refrigera durante al menos una hora. Al servir, añade unas hojas de hierbabuena fresca, que le aportarán un aroma y sabor distintivo, convirtiéndolo en el acompañante ideal para cualquier comida.

Estas tres opciones no solo son deliciosas y frescas, sino que además se preparan en un abrir y cerrar de ojos, permitiéndote disfrutar al máximo, incluso en la pausa del trabajo. ¡No hay excusa para no comer bien y rápido este verano!