A diferencia de las medusas, estos animales no pican y no suponen un riesgo para los humanos. | Eye Em

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Este verano, las playas del norte y del Mediterráneo están siendo invadidas por unas criaturas marinas que muchos confunden con medusas, pero que en realidad son salpas. Estos pequeños invertebrados transparentes pueden aparecer en solitario o en grandes cadenas de hasta 15 metros de longitud. Aunque su aspecto gelatinoso pueda generar cierta inquietud, las salpas son completamente inofensivas para los humanos.

Las salpas juegan un papel crucial en el ecosistema marino, regulando el fitoplancton y absorbiendo dióxido de carbono. Su presencia se ha incrementado debido al aumento de las temperaturas del mar, lo que ha facilitado su expansión hacia zonas donde anteriormente no se observaban con frecuencia.

A diferencia de las medusas, las salpas no pican y su contacto no causa daño alguno. Su función en el mar es esencial para mantener el equilibrio ecológico, ya que ayudan a controlar la producción de oxígeno. Estos organismos hermafroditas tienen la capacidad de clonarse en respuesta a la abundancia de su principal fuente de alimento, el fitoplancton.

Si te encuentras con salpas durante tu visita a la playa, lo recomendable es no sacarlas del agua. Retirarlas puede alterar su función en el ecosistema marino. Además, su naturaleza inofensiva hace innecesario cualquier tipo de intervención. Simplemente, disfruta de la experiencia de observar estos fascinantes organismos y permite que sigan desempeñando su valiosa labor en el mar.