Las latas y los envases suelen ser los más afectados. | Freepik

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Los envases hinchados de alimentos son una señal clara de que algo no anda bien con su contenido. Este fenómeno, conocido como botulismo de alimentos enlatados, puede ocurrir cuando bacterias peligrosas, como Clostridium botulinum, proliferan en el interior del envase, produciendo gases que lo inflan. Estas bacterias producen toxinas extremadamente peligrosas que pueden causar botulismo, una enfermedad rara pero grave que afecta el sistema nervioso y puede ser fatal si no se trata a tiempo.

El botulismo se manifiesta con síntomas como visión borrosa, dificultad para respirar, debilidad muscular y parálisis, y es considerado una emergencia médica. La contaminación en los alimentos envasados puede ocurrir por fallos en los procesos de esterilización o por un mal almacenamiento. Los alimentos más susceptibles a este tipo de contaminación son los productos enlatados, en frascos de vidrio, o aquellos sellados al vacío.

Los envases hinchados no siempre indican la presencia de Clostridium botulinum, pero es una señal de que el alimento ha experimentado un cambio en su contenido que podría ser perjudicial. Por esta razón, la recomendación de expertos y organizaciones como la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) es desechar cualquier envase que esté hinchado, abollado o con fugas visibles, ya que consumir su contenido podría representar un riesgo grave para la salud.

Además de desechar estos productos, es importante estar atentos a otros signos de contaminación, como cambios en el color, olor o textura del alimento. Y aunque puede ser tentador consumir un producto si parece estar bien a simple vista, el riesgo asociado a un envase hinchado es demasiado alto para ignorarlo.