A pesar de su rareza, estos huevos son totalmente comestibles. | Freepik

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Los huevos con dos yemas, una rareza que suele sorprender a quienes los encuentran, son más comunes de lo que se cree. Este fenómeno ocurre principalmente en gallinas jóvenes que aún no han regulado su ciclo ovulatorio. Durante los primeros meses de vida, estas aves pueden liberar dos óvulos casi simultáneamente, lo que resulta en un huevo con dos yemas en su interior.

El ciclo de ovulación de las gallinas sigue un ritmo constante, pero en gallinas que están comenzando su vida reproductiva, el proceso puede no estar completamente sincronizado. En lugar de liberar un solo óvulo, pueden liberar dos en un corto espacio de tiempo. Ambos óvulos quedan encerrados dentro de la misma cáscara, dando lugar a este tipo de huevo.

Otro factor que influye en la aparición de huevos de doble yema es la genética. Algunas razas de gallinas tienen más probabilidades de producir este tipo de huevos, especialmente si tienen una predisposición genética. Las gallinas más jóvenes, entre los cinco y seis meses de edad, son las que más frecuentemente ponen huevos con doble yema. Sin embargo, con el tiempo, su ciclo reproductivo se regula y los huevos con dos yemas se vuelven menos comunes.

En cuanto a la seguridad alimentaria, estos huevos son perfectamente comestibles y no representan ningún riesgo para la salud. La única diferencia notable es el tamaño del huevo, ya que suelen ser más grandes que los huevos normales. Por esta razón, los productores de huevos camperos a veces pueden seleccionar estos ejemplares más grandes y etiquetarlos de forma especial, ya que pueden tener más valor comercial debido a su rareza y atractivo visual.

El fenómeno del huevo con doble yema sigue siendo una curiosidad que despierta el interés tanto de consumidores como de productores. Aunque es más común en gallinas jóvenes, también puede darse en otras circunstancias, como cambios en la alimentación o en las condiciones de vida de las gallinas.