Perdiz guisada.

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En aquel momento se abrió la puerta y el hombre arrugado entró, seguido de una doncella y de tres gatos. Colocaron una bandeja sobre las rodillas de Sir James y otra en una mesita, delante de Michael. En cada bandeja había una perdiz con patatas cortadas, espinacas y salsa de pan. El hombre de las arrugas llenó el vaso de Sir James con agua de cebada, el de Michael con vino claro y se retiró. Los tres gatos, todos romanos, empezaron a restregarse contra los pantalones de Sir James, ronroneando alto. Éste les dijo que en esa ocasión no había pescado. Michael tenía apetito y acabó su perdiz. Sir James dio la mayor parte de la suya a los gatos. Entonces se les sirvió ensalada de frutas, queso, café y cigarros, y se retiró todo, excepto los gatos, que se tendieron hartos junto al fuego.»

Es un fragmento de la novela La cuchara de plata de John Galsworthy, novelista y dramaturgo inglés (Coombe, Surrey, 1867-Hampstead, Londres, 1933) que recibiría el premio Nobel de Literatura en 1932. Perteneciente a la burguesía, estudió leyes en Oxford y viajó por Oriente. Su ciclo de novelas conocida como la ‘Saga de los Forsyte’ (1906-1921) critica a la clase alta inglesa de principios del siglo XX, estamento social al que el mismo pertenecía. El ciclo que posteriormente inspiró una exitosa serie televisiva. La novela ·La cuchara de plata fue publicada en 1906 y tuvo un gran éxito. También Justicia (1910) en cuyo texto se hacía una severa crítica del código penal inglés.

Pero vayamos ahora a la receta: Limpiamos y chamuscamos cuatro perdices que si son grandes se pueden partir en cuartos. Seguidamente pelamos tres cebollas medianas, tres zanahorias y cuatro patatas, todo ello menudamente cortado. Ponemos aceite en una cazuela y rehogamos en ella las cebollas, las zanahorias, tres cabezas de ajos enteras y cuatro hojas de laurel. Una vez rehogada esta mezcla, le agregamos las perdices y salpimentamos. Lo removemos y lo regamos con un vasito de vinagre y otro de vino blanco. Dejamos que cueza todo junto por espacio de diez minutos y luego le añadimos un litro y medio de agua. Mantenemos el guiso a fuego moderado para que se haga tierna la carne, lo que nos llevará entre hora y hora y media. Y lo serviremos bien caliente.