El Colegio Profesional de Podología de la Comunidad de Madrid (COPOMA) menciona las alteraciones relacionadas con la edad que pueden afectar a los pies y que aparecen de manera natural debido a un deterioro del organismo. A esto lo denominan «pie geriátrico» y cuidar los pies es fundamental para prevenir los problemas causados por este deterioro inevitable.
¿Qué alteraciones son frecuentes en el pie geriátrico? Las óseas (juanetes o dedos superpuestos), vasculares (necrosis o trombosis venosas) y dérmicas (durezas, ojos de gallo o sequedad de la piel). Además, no podemos olvidarnos de las uñas que suelen engrosarse y tender a clavarse.
Las personas diabéticas deben tener especial cuidado con sus pies, por eso, existe el término «pie diabético». Como bien indica el COPOMA, «el pie diabético es una complicación grave de la diabetes y su evolución va unida a la de esta de manera que, cuando la diabetes empeora, el pie diabético se agrava».
¿Qué puede provocar el pie diabético? Deformaciones en los pies, hinchazón, enrojecimiento, desplazamiento de los huesos (pie zambo), dificultad para que las heridas se curen, riesgo de gangrena... El COPOMA afirma que «alrededor del 5% de las personas con diabetes tiene algún problema en el pie».
El pie de atleta es una infección en los pies que, principalmente, afecta a las personas que practican deporte con frecuencia. En especial a runners o quienes hacen natación. La razón está en la humedad que afecta a los pies debido al sudor y un calzado inadecuado que impida la transpiración.
Esta infección por el hongo Candida albigens provoca picor, escozor, ardor y descamación tanto en la planta del pie como en los laterales y entre los dedos. A veces, incluso pueden aparecer ampollas muy dolorosas que conviene no explotar, ya que se podría agravar la infección.
En verano es cuando más desatendemos el cuidado de los pies. Un error que puede causar la aparición de los problemas en los pies que acabamos de mencionar. Por eso, algunas recomendaciones de higiene que propone el COPOMA son las siguientes:
· Los pies deberían lavarse todos los días con un jabón neutro y, posteriormente, aplicar una crema hidratante tras haberlos secado muy bien.
· Las uñas deben cortarse con frecuencia y con un corte recto que evite que se puedan clavar. Esto es importante, sobre todo, en el pie geriátrico.
· El calzado no debe ser nunca de plástico o sintético y, además, debe adecuarse a la actividad que se va a realizar.
· Los calcetines recomienda que sean de algodón o hilo para favorecer la transpiración y evitar la aparición del pie de atleta.
· En verano, es fundamental aplicar protector solar en los pies, ya que es una parte sensible que también suele sufrir quemaduras.
Además de todos estos consejos para poder prevenir los problemas en los pies mencionados y mantener su salud, conviene visitar al podólogo con regularidad. Esto es necesario, sobre todo, en el caso de que haya callosidades, ojos de gallo u otro problema. Además, en el caso de las personas diabéticas cualquier úlcera en el pie debe ser revisada de inmediato.
Con todo, no podemos olvidarnos de otros hábitos que pueden favorecer la salud de nuestros pies. Llevar una dieta saludable, hacer ejercicio físico diariamente (aunque sea solo media hora de paseo al día) o reducir el consumo de sustancias como el tabaco que pueden afectar al flujo sanguíneo es fundamental para poder prevenir los problemas en los pies mencionados.
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