El bronceado es un mecanismo de defensa de la piel | Pixabay

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«¡Qué morena estás!», es uno de los cumplidos más repetidos cuando llega agosto y hemos pasado un par de meses bajo el sol. Sin embargo, los rayos solares tienen efectos en la piel y muchos de ellos pueden ser perjudiciales si no tomamos precauciones. Existen diferentes rayos ultravioletas emitidos por el sol, los UVA hacen que se active la creación de melanina y aparezca el bronceado al poco tiempo, pero causan el envejecimiento prematuro de la piel, según la Academia Española de Dermatología y Venereología. Por otra parte, los rayos UVB no tienen ningún efecto que se aprecie tan rápido pero se van acumulando y pueden causar quemaduras. Ambos aumentan el riesgo de contraer cáncer de piel. Por lo tanto, la protección eficaz debe filtrar los rayos UVA y UVB.

¿Por qué nos ponemos morenos?

El bronceado es un mecanismo de defensa de la piel. Quiere decir que debido a la exposición prolongada, la piel ha activado la producción de melanina, que es la responsable del color y de protegerla de los efectos nocivos de los rayos ultravioletas. Sin embargo, no todos tenemos el mismo nivel de melanina, sino que hay diferentes fototipos en función del nivel que tengamos. Los fototipos van del 1, siendo pelirrojos con la piel blanca y pecas, al más alto de la escala, el 6 con pelo y piel negra. Los fototipos más bajos tienen mayor tendencia a quemarse porque no producen la cantidad suficiente de melanina para filtrar la radiación solar. En cambio, los fototipos más altos crean bastante melanina y es muy complicado que se quemen, para ellos es más fácil broncearse. Por otra parte, los albinos carecen de melanina.

¿Qué significan los números en la protección solar?

Una vez conocemos el mecanismo de la piel frente a la exposición solar, es importante mantener unas precauciones: evitar exponerse al sol en las horas centrales del día, llevar prendas de ropa que nos protejan, y lo más importante, ponerse protección solar. Pero, con todos los nombres, números y abreviaturas, no siempre resulta fácil encontrar lo que necesitas. La protección contra los rayos UVB se mide mediante un sistema llamado FPS (factor de protección solar). Su finalidad es evitar las quemaduras de sol.

Hay cuatro niveles de protección: bajo (factor 6 a 10), medio (15 a 25), alto (30 a 50) y muy alto (50+). Estas cifras se deben multiplicar por el número de minutos que una persona puede estar al sol antes de quemarse. Por ejemplo, alguien con la piel muy clara tarda 10 minutos en quemarse, si esa persona se pone FPS de 10, podrá permanecer al sol durante 10x10, es decir un total de 100 minutos antes de quemarse. Se trata de un cálculo aproximativo y como regla general, probablemente necesites más crema de lo que crees. La protección contra los rayos UVA tiene su propio sistema para medir llamado PPD (Índice de Oscurecimiento Pigmentario). Un PPD más alto implica una protección más potente y duradera contra los efectos nocivos de los rayos. El sistema funciona de la misma manera que el sistema de FPS. Resumiendo, cuando hablamos de protección solar siempre «más es más».