Rodearse de personas positivas es fundamental para ser feliz. | Freepik

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«Somos el resultado de las cinco personas con las que más interrelacionamos». La coach de salud Marga Almarcha expone que «con esta afirmación nos podemos hacer una idea de la importancia que tiene el entorno para nosotros, tanto a nivel personal, creando nuestra identidad individual; como en la parte más social, configurando esa identidad social que asumimos cuando estamos relacionándonos dentro de un grupo».

Almarcha expone que «el ambiente en el que nos desarrollamos y relacionamos es dinámico y está en continuo movimiento, lo que hace que en muchas ocasiones lo vivamos como un lugar en el que tenemos que sobrevivir, más que como un espacio donde nos podemos impulsar y desarrollar». En este punto, añade que «en muchas ocasiones y, sin darnos cuenta, nos rodeamos de mentalidades más negativas, pesimistas, sin inquietudes ni objetivos que nos llevan a que nos contagiemos de esa inercia. Aquí juega un papel relevante las neuronas espejo de las que todos somos poseedores y que, se activan al observar a otra persona realizando alguna actividad, comportamiento, pensando o sintiendo. En ese momento, estas neuronas espejo se ponen a trabajar jugando un papel importante en el aprendizaje, la imitación y la empatía». Por ello, resalta la importancia de «rodearse de personas con mentalidad de crecimiento, pensamiento crítico e inquietud porque tendemos a imitar».

La coach señala que «si quiero que me pase lo que deseo, es necesario poner el foco en cómo quiero estructurar mi entorno, qué es necesario que se mantenga y qué tendrá que salir por la puerta para dar cabida a lo nuevo. Y para ello es trascendental que te preguntes si la dirección que estás llevando te conduce a tu objetivo, porque muchas veces solemos dar rodeos innecesarios y acabamos dando vueltas».

«Si la respuesta es clara, avanza y pregúntate sobre cuáles son esas cosas innegociables para ti que te generan bienestar, calma, tranquilidad y paz. Hazte un listado con todas ellas y construye tu entorno teniéndolas muy presentes. Quizá haciendo esto tendrás que dejar de hacer otras cosas, pero analiza con mirada de analista financiera qué es lo que más te suma y lo que puedes perder; seguramente, te darás cuenta de que el resultado no es tan desastroso como pensabas si no mucho mejor».

En el caso de que sigas dando vueltas, Almarcha aconseja preguntarse, «porque puedes estar en un ambiente castrador en el que, llevado por la inercia, hayas dejado de tener objetivos y metas realistas y propias. En este punto, tendrás que decidir si te quieres parar, coger el volante y conducir tú o seguir; y, ante las dudas que te puedan surgir, pregúntate ¿Qué es lo peor que te puede pasar? Porque en muchas ocasiones dejamos de hacer algo por ese miedo que nos limita, pensando que el mundo se nos va a caer encima y poniéndonos en el peor de los escenarios cuando, siendo realistas, muchas de esas cosas que imaginamos nunca ocurren».

¿Qué te aportan los que te rodena?

La coach insta a «avanzar en la construcción de ese entorno que nos ayude a impulsarnos, haciendo una parada en el factor humano y en esas personas que nos rodean; recuerda la importancia que tienen las cinco con las que más te relaciones y pregúntate: ¿me aportan? ¿me impulsan? ¿puedo aprender mucho de ellas? ¿me enriquecen?».

Tras realizar este ejercicio, sugiere que «quizá sea necesario que cambies de amistades, si en este momento de tu vida te das cuenta de que ya no compartís los mismos valores e inquietudes. Tranquilo, encontrarás más, pero seguir en un ambiente o con amistades que no te aportan, pensando que más vale malo conocido que bueno por conocer, no te impulsará hacía donde quieres ir, si no que te hará perder una energía maravillosa».

La coach aclara que «el entorno es ese conjunto de circunstancias que me influyen a diferentes niveles. Por eso, es primordial cuidar mi entorno más próximo, el que convivo y veo cada mañana, mi hogar. Piensa que el caos exterior genera caos interior, la belleza genera belleza, los pequeños detalles generan bienestar, etc. Por ello, construye tu hogar con todo aquello que te identifique y te regale plenitud. Y, por último, llegamos a tu entorno más próximo, a tu cuerpo, ese en el que habitas y que te ayuda a poder hacer todas las cosas que haces. Cuídalo, aliméntalo bien con alimentos nutritivos y sanos, evita los excesos y, sobre todo, dale descanso, tanto física como mentalmente. Cuida tu mente, tus pensamientos, etc. Piensa que ellos crean tu realidad, así que cuidado con lo que te dices».

Almarcha concluye que «cómo hayamos construido ese entorno que nos envuelve, puede influirnos positiva o negativamente en la forma en la que, por un lado, percibimos la realidad y la idea que tenemos de nosotros; y, por otro lado, en la forma en la que fabricamos nuestros retos y visión de futuro. De ahí, que sea importante elegir un ambiente que nos impulse como un cohete y nos llene de energía vital».