España (18+24+15+25): Rudy (6), Calderón (23), Ricky (4), Claver (12) y Gasol (6) -equipo inicial-, Rodríguez (9), Rey (6), Claver (12), San Emeterio (6) y Mumbrú (8).
Finlandia (15+15+14+12): Huff, Lee (12), Salin, Kotti (6) y Koponen (17) -equipo inicial-, Koivisto (5), Muurinen (4), Haanpaa (6), Ahonen y Rannikko (6).
Árbitros: Olegs Latisevs (LET), Milivoje Jovcic (SRB) y Renaud Geller (BEL). Sin eliminados.
La selección española consiguió una victoria imprescindible ante Finlandia por 82-56, en un partido nada vistoso en el que nadie se permitió ninguna alegría y en el que fue importante la ventaja de puntos conseguida para posibles e hipotéticos empates.
Koponen, como estaba previsto, fue el artillero finlandés desde el primer momento, hasta el punto de que a los cinco minutos el marcador reflejó un España 10-Koponen 9, ya que fue el único anotador de su equipo.
La defensa zonal española no acabó de ajustar lo suficiente y el jugador del Khimki Moscú tiró con relativa comodidad y absoluta puntería.
España decidió que su Koponen particular sería José Manuel Calderón y lo mismo que al descanso el equipo español ya ganaba por 42-30, «Calde» ganaba a Koponen 13-12.
La selección alternó la defensa individual con la zonal y también dio entrada a Xavi Rey y Germán Gabriel en momentos tempranos del partido. De hecho, en cuanto Marc Gasol cometió su segunda personal, pasó al banquillo a diferencia de lo ocurrido ante los griegos.
Con pequeños problemas en defensa y sin alharacas en ataque, los doce puntos de ventaja, no hicieron sino mostrar un apunte de la enorme diferencia de calidad y físico existente entre españoles y finlandeses.
Víctor Claver, muy enchufado desde el principio, volvió a ser uno de los destacados con 7 puntos y 3 rebotes.
En la continuación, el equipo español siguió alternando defensas al tiempo que iba ajustando y perfeccionando su ejecución, consiguiendo algún contraataque, 50-33 (min.24).
Visualmente el partido no será recordado por nada, pero la importancia de la victoria hizo necesario guardar bajó siete llaves cualquier adorno o floritura.
Finlandia que intentó cerrar su aro con una zona espartana, vio también como Koponen no pudo seguir aportando puntos de una manera continua y fiable. De hecho en el tercer cuarto sólo anotó tres al principio.
El 57-44 que registró el final de ese cuarto, dejó las cosas bastante claras para el equipo español.
No hubo muchas más alegrías en el último periodo. El equipo español no estaba para bromas y los finlandeses no se han caracterizado nunca por su alegría.
Había que ganar y España ganó, en un partido poco vistoso y demasiado denso y parado, por momentos, consiguiendo una victoria imprescindible que le permite seguir en el buen camino hacia los cuartos de final del Europeo.
El partido Calderón-Koponen, también acabó con ventaja para el español por 23-17.
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