Un 9-0 de salida, con un 3+1 de Anthony Randolph incluido, fue la tarjeta de presentación del Real Madrid en el primer partido de la final, en el que el Barcelona tardó casi cuatro minutos en anotar sus primeros puntos. La defensa madridista también tuvo que ver con la inacción azulgrana en ataque, que pese a la adversidad inicial se volcó en defensa y en agarrarse al partido con uñas y dientes, como lo demostró el 11-8 a los 6 minutos de juego.
Los triples del Real Madrid, con Sergio Llull (2 de 2) como destacado, fueron la clave local, mientras que el Barcelona consiguió llegar vivo al final del primer acto, 22-17, gracias al dominio en el rebote. Con las rotaciones activas mucho antes de lo habitual, el Madrid comenzó a demostrar la profundidad de su banquillo, mientras que Stanislav Pesic, que ha renunciado a Kevin Seraphin, no dio cabida ni a Blazic, ni a Smits, ni a Pustovyi.
No cambiaron mucho las cosas en el segundo cuarto. El Madrid aupado gracias a los triples y a su lucha en defensa tuvo contra las cuerdas al Barcelona en varios momentos, 41-25 (m.16.45) aunque no acabó de romper el marcador. Al igual que ocurrió en el inicio de partido, el Barça tardó en tomarle el ritmo anotador al cuarto y el Madrid aprovechó para poner tierra de por medio.
Los 11 rebotes ofensivos del equipo azulgrana fueron los causante de que llegaran con opciones al descanso tras el 47-32. Facundo Campazzo y Sergio Llull fueron los más destacados con un Randolph implicado y Rudy siempre importante en defensa y ataque. Por parte azulgrana el trabajo de Pierre Oriola fue de lo mejor.
Tras el paso por vestuarios y la reanudación del juego los dos equipos transmitieron las mismas sensaciones, que el Madrid era el claro dominador del juego y que el Barcelona siempre iba un paso por detrás, por mucho que el marcador, 58-44 (m.25) no acabara de despegar de forma definitiva para los locales. Con Oriola jugando de '5' cuando Ante Tomic necesitaba tomar aire en el banquillo, el Barcelona ofreció una imagen de fragilidad que el Madrid fue aprovechando a lo largo del partido.
'Edy' Tavares fue imponiendo su ley bajo el tablero y cambiando muchos tiros y entradas a canasta del rival con lo que el Madrid se mantuvo en ventaja sin problemas, 60-44 (m.27), aunque una nueva demostración de raza por parte azulgrana, sobre todo en defensa, le permitió seguir en el partido tras el 63-52 con el que finalizó el tercer acto.
La salida del cuarto de la verdad volvió a ser catastrófica para el Barça al aceptar un parcial de 11-2 en los primeros 3.15 minutos, con lo que la ventaja madridista creció hasta los 20 puntos, 74-54, abriendo de par en par las puertas del 1-0 en la serie por el título. El Barcelona volvió a reaccionar con un 0-7, 74-61, en poco más de un minuto, pero el Madrid no se inquietó y con tranquilidad supo manejar la situación hasta el 87-67 final sin ningún apuro. El 1-0 ya está en el casillero madridista y el segundo partido en puertas, el próximo lunes.
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