Miquel Oliver, en una imagen retrospectiva.

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El baloncesto mallorquín, pero más concretamente el Club Bàsquet Joventut Llucmajor, están de luto tras conocer este domingo la repentina y triste pérdida de una persona muy querida y apreciada por todos los estamentos de la entidad. El súbito fallecimiento del técnico Miquel Oliver (1973-2022) ha causado enorme impacto en el club, que ha informado a la Federación Balear de Baloncesto del aplazamiento de todos los partidos que debía disputar en lo que resta de jornada como muestra de duelo por esta noticia que ha golpeado con dureza a la entidad.

Oliver, de 48 años y que en la actualidad dirigía al equipo sénior de la competición insular del Joventut Llucmajor, llevaba muchos años vinculado al deporte de la canasta, una pasión que compaginaba con el pádel. Hermano de uno de los jugadores más carismáticos del baloncesto isleño en los últimos años, Tolo, en el Llucmajor encontró su espacio, siendo una persona dispuesta a trabajar y colaborar en cualquier circunstancia, además de ser apreciado por jugadores, familiares, directivos y todos los que forman parte de la entidad, en la que ha dejado una huella imborrable.

Como delegado y entrenador, más allá de su etapa como jugador, Miquel Oliver ha formado parte de las estructuras del Joventut de Lluycmajor a lo largo de la última década, pasando por las categorías mini, infantil, Autonómica, Sub 23 y Liga Insular.