Intentaba el Barça obligar al Real Madrid a quedarse más tiempo en la capital catalana, pero los blancos tenían prisa por meterse en la final. ¿El premio? Descansar tras la Final 4 de la Euroliga y ver desde la televisión si Unicaja o UCAM Murcia era su rival en la final. Y lo lograron gracias a un gran partido de Facundo Campazzo, que se puso a su equipo a la espalda.
Con 90-92 en el marcador y a falta de 22 segundos para el final, el 'Facu' se metió entre tres rivales, escabulléndose de todos como si fuera un ratón entre varios gatos incapaces de neutralizarle. Y anotó y ahí puso punto final a un partido que no quería acabar, con un último minuto que se hizo eterno, pero en el que los blancos tenían todo a su favor con un 92-95 con la misma fórmula que en el WiZink Center; marcador alto y el Real Madrid en modo martillo.
Los blaugranas, que llegaron vivos al descanso (45-49) pese a perder de 13 en la primera parte, pudieron darle la vuelta al partido en el tercer periodo, que también fue suyo (31-23) y con un cambio mental que propició el giro de guión. Si hasta entonces el Real Madrid llevaba la voz cantante, con un juego firme, el Barça fue a más para desde el triple y el dejar algo atrás lo arbitral poder llegar al último cuarto con 76-72, con triple final de un Ricky Rubio que no había tirado nada hasta entonces.
Y Rubio quiso seguir de fiesta en un Barça que se metió en bonus en apenas 2 minutos; una buena losa que lidiar ante un Real Madrid limpio de faltas. Se equilibró la cosa, pero el Barça volvió a ofuscarse a nivel de acierto en el momento clave. De hecho, hubo 2 minutos en 'blanco' para ambos en el tramo final y, cuando las muñecas debían estar más calientes, el Barça se congeló.
Laprovittola intentó hacer soñar a su equipo y a la grada con un triple que ponía el 90-87 en el marcador. Quedaba mucho por delante, 2:30 minutos, y ahí Campazzo hizo de las suyas y ganó el duelo, la final, para los suyos. Suyas fueron las canastas del 90-92 y 90-94, suya fue la victoria. El Barça intentó la remontada agonónica a la épica, pero fallaron 'Lapro' y Jabari Parker --de lejos el mejor blaugrana, con 27 puntos-- y las esperanzas se desvanecieron. Los tiros libres finales fueron blancos y el Real Madrid pasó autoritario, tirando de veteranía, a la final.
Se podría resumir el partido así; 'el Barça duró 3:23 minutos'. El tiempo desde el salto inicial hasta que los árbitros pitaron una antideportiva a favor del Real Madrid. Ahí el Palau explotó, porque justo antes se reclamó una antideportiva de los blancos que no fue pitada. Y los jugadores se obcecaron en protestar y se olvidaron de jugar. En el Real Madrid, todo lo contrario. Desde esta antideportiva se pasó del 7-2 de entonces a un 7-14 (parcial de 0-12) y los de Chus Mateo fueron a más.
Tanto que llegaron a ganar de 11 (17-28) en el primer cuarto, con mucho acierto desde la lejanía y con dos triples de Yabusele incluidos. De esos que tira a cámara lenta pero cada vez con más seguridad, sin que su defensor llegara a inquietarle en ninguna de las dos veces. Ejemplo de que en el Real Madrid miraban a canasta con seguridad y, en el Barça, miraban más a los de naranja que a los de blanco.
Pese a ello, el primer cuarto terminó con 20-28 y la sensación en el Palau de que los suyos habían salido bastante ilesos, pues Darío Brizuela metió tres tiros libres tras forzar una falta con su intento de triple sobre la bocina. Y, justo antes, el Real Madrid falló dos ataques para situarse en los 30 puntos en el primer periodo. Lo dicho, gran superioridad blanca y un Barça a remolque.
Esa sensación fue igual en el segundo cuarto. El Real Madrid tenía tobo bajo control (o así lo parecía) y el Barça buscaba alternativas que le metieran en el partido. Un 'click' que les acercara a la eficacia, ganas y actitud de ese 7-2 inicial. Y, desde la defensa y también gracias a la llegada de los triples, con Jabari Parker y Willy Hernangómez como jugadores destacados, el Barça pudo remontar hasta poner el 45-49 al descanso.
Aunque los 'culers' perdieron por el camino al pívot checo Jan Vesely, que cometió una antideportiva en el primer cuarto y una técnica al inicio del segundo que le envió a las duchas. Este ambiente hostil y de protesta no varió un ápice en el Barça, técnica al banquillo, a Roger Grimau, incluida. Pero, en el parquet, los blaugranas pudieron hallar un modo de no irse eliminados al descanso, aunque sí por debajo en el marcador.
Y el trabajo y los ánimos del Palau Blaugrana permitieron al Barça remontar, ponerse arriba en el marcador y tener opciones de por lo menos alargar la serie. Pero, igual que en otras competiciones, este no es el año de un Barça cuya cúpula deberá pensar el futuro de Roger Grimau y de la plantilla, tras verse superados con diferencia por un Real Madrid que regresa a casa con el billete para la final de esta Liga Endesa y con un 16-23 en el último cuarto que fue crucial.
3 comentarios
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3-0 y al carrer. Rubio y Abrines ni para Leb plata
Jajaja y mes jajajaja
Quin cap de setmana més dolent per jo que sóc antimadridista però enhorabona al Madrid que està imparable...