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«A mí nadie me tiene que decir que el Barca es el mejor club del mundo. Lo digo yo. Y que me lleven la contraria. Otros se lo tienen que creer porque se lo han dicho», señaló Gaspart en alusión al premio que ha recibido recientemente el Real Madrid de manos de la FIFA como mejor equipo del siglo XX.

«No cambio más copas de las que tenemos (aproximadamente 600) por dejar de ser como somos. Hay cosas que no se pueden decidir en las votaciones», añadió al referirse al perfil que tiene la entidad, desde su patrimonio, a su naturaleza como club deportivo, frente a las sociedades anónimas deportivas, y la cantidad de secciones, muchas de ellas auténticas generadoras de títulos continentales. «Durante estos meses que llevamos en el cargo hemos trabajado bajo las premisas que nos marcamos al inicio del mandato: respeto al pasado y unir al barcelonismo. Quizá para algunos nos hayamos extralimitado en el intento de soldar las fracturas, pero el Barcelona es de todos. Esto es gobernable, por encima de puntuales discrepancias», afirmó.

Gaspart rememoró episodios de la historia del club y destacó la labor de los presidentes, y al último de los cuales, José Luis Núñez, le ha vuelto a agasajar, a pesar de la actitud distante que ha expresado éste en los últimos actos barcelonistas. «Núñez nos ha dejado los pilares de lo que ha de ser el Barcelona del siglo XXI», declaró el presidente barcelonista, y recordó que la piedra angular en la que se asentará la actuación de la entidad en los próximos años se recogerá en el plan estratégico que será presentado dentro de tres meses.

Este plan, en algunos de sus apartados, será llevado a la Asamblea de Compromisarios para su votación e inclusión en los estatutos. Además, Gaspart dijo que también se incluirá en este documento el propósito del club de negociar contratos con los futbolistas a partir de objetivos, además de cantidades fijas, y no como ahora en la que la totalidad de la ficha queda concretada en la firma de las dos partes, y su futuro cobro.