Real Sociedad: Bravo; Carlos Martínez, Demidov, Iñigo Martínez, De la Bella; Mariga, Griezmann, Xabi Prieto (Cadamuro, min. 80), Zurutuza; Diego Ifrán (Joseba Llorente, min. 64) y Agirretxe (Vela, min. 75).
Getafe: Moya; Torres, Lopo, Cata Díaz, Valera; Rubén Pérez, Lacen, Ríos (Barrada, min. 64), Sarabía (Pedrón León, min. 70), Diego Castro; y Miku (Guiza, min. 88).
Àrbitro: Estrada Fernández (Comité Catalán). Mostró tarjeta amarilla a Diego Ifrán, Zurutuza y Miguel Torres.
La Real Sociedad y el Getafe han empatado a cero en Anoeta en un mal partido que mete en muchos problemas al equipo guipuzcoano, tras cuatro encuentros sin ganar y con el Levante y Real Madrid como rivales la próxima semana.
El Getafe llegaba a este partido tan apremiado o más que los locales, pero desde el inicio no se observó atisbo alguno de ansiedad y suyas fueron las mejores ocasiones de gol, como la que tuvo Sarabia en el minuto 8 con un remate que rozó el larguero de Claudio Bravo.
Antoine Griezmann, cuestionado en San Sebastián por razones extradeportivas y al que silbaron en algunos lances, tuvo una gran ocasión para reconciliarse con los aficionados a los diez minutos de juego, cuando disparó con rabia contra la portería de un Moya que tuvo que lucirse para evitar el gol.
El partido era de ida y vuelta, abierto y sin aspirante claro al triunfo, ya que a los contraataques del Getafe respondían los locales con llegadas peligrosas, sobre todo la de Agirretxe en el minuto 36, cuando de chilena dispuso de la mejor oportunidad de gol para la Real.
Según avanzaba el partido los locales iban poniéndose nerviosos al ver que una vez más las cosas no les salían, aunque el equipo getafense no supo aprovechar esa oportunidad para desequilibrar el partido porque también bajó su rendimiento en la segunda parte.
El partido era un atasco y quizás por eso la mayor ovación se la llevó Joseba Llorente cuando se dispuso a calentar en la banda.
Con el exjugador del Villarreal en el campo y posteriormente con Pedro León en el Getafe los técnicos apostaban por el triunfo y los últimos minutos al menos tuvieron la intensidad de la que había adolecido una anodina segunda parte.
Miku tuvo en sus botas el que pudo ser el gol de la victoria en el tramo final del choque, cuando en un mano a mano con Claudio Bravo, y con la afición local en estado de shock, no acertó a superarle. En el tiempo añadido Pedro León llevó un balón a la cruceta.
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