Imagen de la plantilla del Platges de Calvià de esta temporada. El buen ambiente y la calidad hacen que el equipo se haya situado segundo en la clasificación. El objetivo es consolidarse en puestos de playoff y tratar de lograr el ascenso a Segunda RFEF. El grupo sigue creciendo jornada a jornada y ahí están los resultados. | Teresa Ayuga

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El fútbol le debe un ascenso al Platges de Calvià. El curso pasado se quedó a un gol de lograr el sueño de meterse en Segunda RFEF, pero lejos de desfallecer y de pensar en lo que pudo haber sido y no fue, el club armó un nuevo proyecto, le entregó de nuevo las riendas a uno de los mejores entrenadores de nuestro fútbol, Carlos Martínez, y a partir de ahí el trabajo está dando sus frutos.

Si el curso pasado fueron 28 partidos consecutivos sin perder, esta campaña encadena ya 15, un hecho que debe valorarse de forma especial. «No es fácil en ninguna categoría firmar esta racha», dijo Carlos Martínez. «No hay que convertir en normal algo que no lo es. Tiene un mérito enorme y hay que valorarlo como se merece. El trabajo del equipo es espectacular y personalmente no puedo estar más contento con la complicidad de todo el vestuario», explicaba el entrenador.

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Martínez cumplirá esta próxima jornada 200 partidos en el banquillo del Platges. Es todo un clásico después de casi 20 años entrenando en diferentes categorías, la mayoría ya en Tercera. Su experiencia es un valor seguro. «Sufrimos cambios a final de la pasada temporada. Se fueron hombres importantes como Pep Bueno, Toni Jou y los hermanos Gurrionero. Además perdimos por lesión a Bigas y a Bardolet, que todavía no han reaparecido. Daba la sensación de que sería un año de transición y más después del irregular inicio. Pero el equipo fue creciendo y los jugadores que recibieron un golpe anímico el año pasado se levantaron. La actitud de todos y su respuesta no puede ser mejor», subrayaba el entrenador del Platges.

La experiencia y la madurez combinan perfectamente con otro grupo de jugadores más jóvenes que han mostrado una gran adaptación al equipo y a la categoría. Ahora resta lo más difícil, que es aguantar el tirón hasta el final. «Esto no será fácil. Al margen del Mallorca B, a partir de la segunda posición estamos nosotros, también el Manacor, Llosetense, Sant Jordi, Portmany, Poblense... Ahí hay varios equipos en un puñado de puntos que todos luchan por idéntico objetivo», indicaba el técnico mallorquín. El equipo tiene un ADN ganador un año más y eso no es fácil de conseguir de forma tan continua y seguida año tras años. «Como he dicho, sé que parece fácil estar arriba siempre, pero no es así y no hay que acostumbrarse. Hay que disfrutarlo, es cierto, pero también reconocer el trabajo y dedicación de todos en el día a día. Luchamos para ser mejores y para intentar que esta temporada el fútbol nos devuelva lo que nos quitó», aseguraba el creador de esta nueva naranja mecánica.