La Gala de la FFIB refuerza el enorme peso del balompié balear y la capacidad de seguir reinventándose en situaciones límite
El presidente de la FFIB, Miquel Bestard, se dirige a los asistentes durante su discurso. El máximo responsable del fútbol balear agradeció el esfuerzo de todos en una temporada muy difícil y donde la pandemia obligó a llevar a cabo acciones extraordinarias para buscar soluciones acorde con la situación. | Jaume Morey
La Gran Gala de Futbol Balear celebrada en la tarde del pasado jueves reafirmó un año más la enorme capacidad que tiene el deporte del balón de ir creciendo y superando obstáculos. La edición de este 2022 reconoció el esfuerzo de los campeones en diferentes categorías, pero por encima de todo incidió en el agradecimiento por el enorme esfuerzo que todos, clubes, entrenadores, jugadores, árbitros, instituciones y la propia Federació llevaron a cabo para que, en un curso tan difícil, se pudieran orquestar soluciones y adaptar la nueva realidad a una época extraordinaria con un solo objetivo: proteger el fútbol y que el balón siguiera rodando.
Sin duda este fue el espíritu que prevaleció durante una Gala siempre especial, pero que en este caso tuvo ese matiz que la hacía diferente. Ya el año pasado la Federació quiso normalizar el evento, siempre adaptándolo a las medidas sanitarias y en este 2022 también tuvo que reducirse el espacio y llevar a cabo un acto más íntimo, aunque televisado a través de streaming, por lo que se abrió a todos a través de la red.
El reconocimiento a los campeones en el fútbol sala así como en las diferentes categorías del fútbol regional y en juveniles fue el preludio a una entrega de distinciones extraordinariamente emotiva por el significado de muchas de ellas. De esta forma se premió a trayectorias ejemplares como las de Vicenç Reynés, en activo con cincuenta años; Antoni Pascual, un referente de los porteros en la Isla; Álex García, que ha puesto su psicología al servicio del fútbol y Tolo Darder, todo un referente en comité de entrenadores. Personas que llevan décadas en el fútbol y que como el Juez de Competición, Baltasar Juan, tuvieron dificultades para sostener la emoción al recibir el aplauso sincero de los invitados a Son Termes. José Tirado y el espíritu de Miquel Jaume motivaron también un instante mágico en la Gala.
Las Botas de Oro, entregadas a Antonio Sánchez y Guillermo Cuadra pusieron el broche a una velada intensa que demostró una vez más que el fútbol está más fuerte que nunca.
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