El Poblense abraza la ilusión de la Copa

La presión que ejerce el premio del final del camino sobre el Poblense hizo que el equipo de Óscar Troya saliese sobre el césped del Municipal con las piernas poco sueltas. Con la tribuna principal a rebosar, el partido empezó con La Nucía siendo superior en todas las facetas del juego. Los valencianos, liderados por el descaro de De la Fuente y la veteranía de Leo Ramírez y Álex García, se acercó al gol nada más comenzar. El jovene extremo visitante se plantó ante Vicenç Sabater, pero definió por encima del larguero. Primer susto en Sa Pobla, que se libró por centímetros del jarro de agua fría en el minuto seis. Poco después, el mismo protagonista se plantó hasta la línena de fondo tras superar a Suasi en el uno contra uno y cederle el balón a Leo, pero Sabater volvió a evitar el gol foráneo.

Con el paso de los minutos el Poblense cogió peso en el encuentro. Gori, Cape y Soler se hicieron dueños del balón. Se lo llevaron a casa y empezaron a dominar el partido. Ayudados por inspirado Diego, qué tuvo la ocasión más clara a balón parado. Desde la frontal del área, con la maldad de quién sabe donde ponerla, miró la pelota y la mandó a la escuadra. El tanto estaba cantado, pero Rodrigo le negó la alegría a los más de 1.000 corazones que habitaban las gradas pobleres.

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En la reanudación, sin tiempo para que el público volviese a sus asientos, Winstanley mandó a la madera un disparo seco desde la frontal. Volvió a salir al tereno de juego inmerso en su propia ansiedad el Poblense. Sin embargo, en el ambiente se palpaba que Aitor Pons iba a citarse con la historia en su propia casa. El menorquín se adentró en el área tras una asistencia de Cape para provocar el penalti que Diego Martínez llevase el delirio a las gradas. Con tranquilidad y calidad mandó la pelota al fondo de las mallas.

La ventaja pareció darle tranquilidad y poso a los de Óscar Troya. Cediendo el balón al rival, se liberó y aprovechó los errores en circulación de los visitantes para agrandar el botín. Marco tuvo en sus botas y sin oposición alguna el 2-0, pero su disparo, sin nadie entenderlo se fue por encima de la portería de Rodrigo. Las manos sobre la cabeza. La sentencia parecía esfumarse y el miedo de encajar empezaba a sobrevolar el Municipal de Sa Pobla.

A pesar de ello, el Poblense fue creciendo a base de transiciones rápidas. La Nucía veía, que a pesar de sus intenciones, los locales vivían en en campo contrario y se acercaban a la portería de Rodrigo. Con el control total de la situación, los de Troya notaban como la gloria se iba acercando. La grada apretó para dar el último apoyo a los suyos y entre gritos de «Poblense, Poblense», y aplausos, los 'poblers' achicaban agua con una defensa numantina para dormir el partido y seguir soñando con que un Primera División visite Sa Pobla 48 años después. Este jueves, los de Sa Pobla estarán en el bombo de la Copa del Rey.