El seleccionador Santi Denia durante un entrenamiento.

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«Si tiene que haber un traspié, que sea en la fase de grupos». Esta fue la frase de Santi Denia tras sufrir la primera derrota del torneo, en el último partido del Grupo C, 1-2 contra Egipto. Resultado que le costó a España la primera plaza del grupo y que le hace enfrentarse a Japón en cuartos de final, selección imbatida hasta la fecha y con siete goles a favor.

Encuentro al que España llega, al menos, con piernas frescas, o más recuperadas que en partidos anteriores. Santi Denia rotó a todo el once inicial menos a Aimar Oroz para el partido contra Egipto y en los dos días de preparación de los cuartos ante Japón ha llevado a cabo suaves entrenamientos y dado plena importancia a los trabajos de recuperación.

El torneo olímpico de fútbol llega en plena pretemporada para los futbolistas, pero lejos de ser partidos amistosos sin presión se encuentran luchando por una medalla. Una lucha por la presea para la que es clave pasar los cuartos de final, ya que haciéndolo está asegurado jugar, al menos, por el bronce. Eso sí, el objetivo de España sigue siendo el oro.

Repetir el éxito de Barcelona 1992 es lo que mantiene en la cabeza el vestuario, a pesar del traspié contra Egipto. Y es que los cuartos de final contra Japón serán bien diferentes. Habrá una clasificación en juego -antes el partido frente a Egipto ya estaba asegurada- y Santi Denia recuperará a su once titular. Una alineación en la que el técnico confía plenamente y en la que no hará cambios, con Pau Cubarsí volviendo tras cumplir sanción por dos amarillas.

Sin planes alternativos para un partido de cara al que España necesitará mejorar en defensa, tras encajar cuatro goles en tres encuentros, y en la circulación de balón, de bajo nivel hasta la fecha y que está impidiendo a los de Santi Denia dominar el juego y tener ocasiones claras de gol. Es más, contra Uzbekistán y Egipto recibió más disparos de los que realizó. Una estadística que solo le favoreció ante República Dominicana, con los de Ibai Gómez jugando con un futbolista menos toda la segunda parte. Y en frente tendrán al mejor rival al que se han enfrentado hasta la fecha.

Una selección de Japón, campeona de Asia sub-23, que, al contrario de Tokio 2020 -donde fue eliminada por España en semifinales con un tanto de Marco Asensio en el minuto 115 de la prórroga-, no cuenta con grandes estrellas. Una curiosidad de su convocatoria es que el club más representado es el belga Sint-Truiden, con tres jugadores.

Un club que cuenta con propietarios japoneses. Convocatoria de Japón que no cuenta con jugadores mayores de 23 años, a pesar de que FIFA y COI permiten tres plazas. Decisión marcada por su seleccionador, Go Oiwa, quien antes de incorporarse como técnico a las categorías inferiores niponas entrenó al Kashima Antlers, club con el que fue campeón de la 'Champions League' Asiática y con el que se enfrentó en dos ocasiones al Real Madrid en el Mundial de Clubes. Ahora, Oiwa lidera a su país en la búsqueda de romper la barrera de ser cuarta clasificada -como en Londres 2012 y Tokio 2020- y poder sumar otra medalla olímpica a su palmarés, que cuenta con el bronce logrado en México 1968.

Un partido entre Japón y España que se disputará el viernes 2 de agosto en el estadio de Lyon desde las 17:00 horas CEST (-2 GMT) y en el que el colegiado será el mauritano Beida Dahane, quien ya árbitro a España en su estreno frente a Uzbekistán.