Fullana pasando el control policial. Foto: JOAN TORRES.

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TOMEU TERRASSA / JOAN TORRES La segunda etapa de los ciclistas mallorquines está a punto de comenzar. Joan Llaneras corre hoy y Marga Fullana lo hará el sábado, en el circuito de mountain bike de Fairfield. La «mujer araña» o «spidergirl» como se le conoce en el circuito profesional, realizó ayer su primera toma de contacto con el escenario en el que tratará de ratificar su condición de número uno mundial.

Siguiendo la estricta planificación diseñada por su entrenador, el holandés Gert-Jan Theunisse, la ciclista de Sant Llorenç ha reducido al máximo su presencia en el circuito para relajarse y concentrarse todo lo posible con vistas a la trascendental cita. Marga se encuentra muy bien, con ganas de que llegue el momento y asumiendo la presión que conlleva ser la rival a batir. La mallorquina llegó a Fairfield haciendo gala de un excelente estado de ánimo a pesar de que está siendo objeto de una falta de colaboración total y absoluta por parte de la Federación Española de Ciclismo, cuyos servicios médicos han «pasado olímpicamente» de la corredora isleña.

Sin embargo, Marga se sabe respaldada por los suyos y valora especialmente la gran cobertura que le da su equipo, la potente formación americana Specialized. Como en el resto de las pruebas de alta competición en que ha participado, el «Fullana Team» ha preferido alojarse al margen del resto de los competidores y han alquilado una casita fuera de la villa olímpica. Marga ha preferido esta opción por una cuestión de planificación ya que así lo ha decidido el equipo, y además ha acertado: las imágenes que han ofrecido las televisiones sobre el rosario de incomodidades que están sufriendo los atletas alojados en la Villa han dado la vuelta al mundo ya que se alejan por completo de las necesidades que exige la alta competición. Las camas son pequeñas, las duchas disponen de unos pocos minutos de agua caliente y para colmo ha habido una epidemia de gripe.