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ADRIAN RUBER - SYDNEY El cuarteto alemán formado por Jens Lehman, Daniel Becke, Robert Bartko y Guido Fulst ganó el oro olímpico de la persecución por equipos, en la que batió el récord mundial que apenas una hora antes había logrado Ucrania en la semifinal, y dedicó el triunfo a Robert Lang, su técnico fallecido.

Lang murió el pasado mes de marzo, a los 52 años, tras ser arrollado por un coche durante una concentración del equipo germano, mientras pedaleaba en Mallorca. Ayer, sus pupilos lograron en su honor un triunfo y un récord histórico ante su viuda, Gisela, presente en el velódromo Dunc Gray de Sydney.

La que es considerada por muchos la prueba de mayor plasticidad del ciclismo en pista "ambos equipos parten del lado opuesto de la pista y los corredores han de estar perfectamente sincronizados" se convirtió en un baile de récords en el que Alemania se llevó los laureles.

Aparte del oro, los germanos le arrebataron al equipo ucraniano la plusmarca mundial "que había conseguido poco antes", al parar el crono, por primera vez en la historia, por debajo de los cuatro minutos, cubriendo los 4.000 metros en un tiempo 3.59.710. En la semifinal, el cuarteto de Ucrania integrado por Oleksandr Fédenko, Oleksandr Simonenko, Serhiy Matvéyev y Serhiy Cherniavski derrotó a Gran Bretaña "que acabó llevándose el bronce, en detrimento de Francia", marcando un tiempo de 4.00.830, que mejoraba en 128 milésimas el antiguo récord logrado por Italia el 31 de agosto de 1996, en la ciudad inglesa de Manchester. Después del triunfo, el veterano Lehman, que añadió este oro "único en disputa durante la jornada" a la plata de la persecución individual, besó la madera del parqué olímpico.