El filial despide el curso a lo grande

14/05/01 0:00

5 MALLORCA B: Roberto (1), Cordero (2), Cabeza (1), Romerito (1), Pelegrín (2), Viale (2), Campano (3), Jofre (3), Güiza (2), Quique Romero (3) y Jesús (2).
Cambios: Miguel Sánchez (0) por Cabeza, Chando (1) por Viale y Kevin (1) por Quique Romero.
1 PREMIÀ: Sergio (1), Miguel Àngel (1), Ortuño (1), M. García (2), Pepito (-), Uriel (1), Rúa (1), Puigbò (1), Estefan (1), Segales (0) y Rubén (1).
Cambios: Delmas (1) por Ortuño, Artigas (1) por Pepito y Prats (1) por Uriel.
ÀRBITRO: Díaz Batista, del comité grancanario (2). Correcto. Mostró cartulina amarilla a Cordero, Cabeza, Quique Romero, Miguel Àngel, M. García y Prats.
GOLES:
Minuto 25, Güiza, de penalti, 1-0. Minuto 33, Campano, de libre directo, 2-0. Minuto 37, Quique Romero, 3-0. Minuto 42, Quique Romero, 4-0. Minuto 46, Quique Romero, 5-0. Minuto 92, Estefan, 5-1.
LO MEJOR: El toque de Campano y Jofre
LO PEOR: La candidez del Premià

FERNANDO FERNÀNDEZ
Un tierno Premià puso fin a una era. Poco más de cuarenta y cinco minutos le bastaron al filial para solventar un amargo trámite en familia. Con los catalanes pensando en Tercera, los rojillos querían despedir un curso de final intrascendente con un buen espectáculo. No decepcionaron los de Juan Ramón López. Campano, Jofre y Quique Romero catapultaron a un filial extremadamente mordaz en ataque, pero que tuvo que esperar a que Miguel Àngel cometiera un inocente penalti sobre Viale para que Güiza pusiera por delante al Mallorca B.

El primer tanto mallorquinista neutralizó la escasa mentalidad ofensiva del Premià. Sergio se resignaba a ver cómo Campano ejecutaba de forma magistral un libre directo y hacía más amplia la diferencia. El hat trick de Quique Romero en los minutos que precedieron y siguieron al descanso sellaba lo que parecía evidente. El Premià fue un alma en pena que deambuló por la hierba de Es Fortí, y que pagó las iras de un grupo frustrado ante la esterilidad de un marcador que servirá para que Juan Ramón López y los suyos demuestren que sólo puntuales errores les han apartado del verdadero objetivo.