Como casi todos esperaban, las motos de dos tiempos se mostraron
más competitivas en un circuito que les resultaba favorable, si
bien se toparon con la cruda realidad del año. La superioridad de
Rossi quedó completamente demostrada ayer. Ni unos malos
entrenamientos, ni una pista que odia y que además favorece a las
características de las motos de sus rivales, fueron argumentos
suficientes para frenar una racha triunfadora que matemáticamente
le podría convertir en campeón el primer fin de semana de
septiembre, en el circuito portugués de Estoril, o, en el peor de
los casos, quince días después en Brasil. El italiano volvió a dar
una lección de pilotaje, pero además también demostró que sabe
sufrir y que si es necesario emplearse hasta el límite es capaz de
hacerlo.
Su victoria no fue más que el fruto de todo ello, después de
verse beneficiado de alguna manera por la caída de los que se
perfilaban como sus máximos rivales, el francés Olivier Jacque y el
brasileño Àlex Barros, quienes por unos momentos hicieron soñar a
más de uno con la victoria de una moto de dos tiempos en un año que
representa el principio de su fin. El español Alfonso «Fonsi»
González Nieto fue el mejor de los 250 cc a lo largo de todo el fin
de semana, pero en la carrera, nada más iniciarse, volvió a
sucumbir a la presión y se quedó literalmente clavado, lo que le
relegó a una octava posición desde la que se mostró incapaz de
pasar más allá de la cuarta plaza. Por delante se habían marchado
dos italianos, el piloto de Fortuna Honda Roberto Rolfo y su máximo
rival en la lucha por el título, Marco Melandri. Y mientras el
primero realizó todo el esfuerzo el segundo hizo lo justo, pero eso
ya le valió para ganar la carrera anticipadamente gracias a la
lluvia, y eso que se había caído.
No hacía ni dos vueltas que Melandri había conseguido pasar a
Rolfo cuando éste hizo lo propio, pero la lluvia comenzó a caer y
Melandri se fue por los suelos. Como en estos casos la vuelta
válida es la última que hacen todos los pilotos, Melandri fue el
ganador de la prueba. Toda una suerte... la suerte de los
campeones. Por detrás, el español intentó sin éxito remontar y lo
único que consiguió, como Melandri, fue caerse en la misma vuelta
que él y por la misma causa, además de ceder unos puntos muy
importantes en la lucha por el título mundial. El francés Vincent
volvió con renovados bríos en los 125, al ganar de principio a fin
una carrera en la que sólo Alex de Angelis se lo puso difícil y
ello le permite meterse de lleno en la lucha por el título,
mientras sus rivales, el sanmarinense Manuel Poggiali, cuarto, y
español Daniel Pedrosa, séptimo, sucumbían en Sachsenring a su
empuje.
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