Los jugadores del Real Mallorca experimentaron ayer una de las
primeras jornadas duras de trabajo desde que están en Kössen. El
día además amaneció con síntomas de que podía cambiar de forma
importante el clima y así sucedió. Por la tarde la temperatura bajó
y apareció la primera tormenta con descarga de rayos, ruido de
truenos y lluvia en abundancia. Estas inclemencias meteorológicas
pillaron al primer equipo realizando el entrenamiento vespertino
que se celebró en los campos de entrenamiento del hotel a las seis
de la tarde.
Antes, por la mañana, a las nueve en punto, todos los jugadores
a excepción de los tres mundialistas y de los tres porteros,
acudieron puntuales a la cita con el bosque colindante al cuartel
general donde se encuentra un circuito campestre de un kilómetro de
recorrido. El preparador físico, Antoni Servera, tomó las riendas
de la sesión y planificó series con cambios de velocidad incluido
que los jugadores completaron con resultados óptimos. Fueron nueve
kilómetros nada más levantarse de la cama pero, como apuntaba
Servera, «más que la cantidad de kilómetros lo que importa es la
calidad de la carrera, el tiempo necesario para correr cien
metros.
Después están otro tipo de series que también son importantes
para conocer el estado en que se encuentran los futbolistas»,
explicó el preparador físico. Alguna ampolla, más de una agujeta,
pero poca cosa más. Los jugadores completaron el trabajo matinal de
buena manera y además hubo un detalle muy importante a destacar:
las pulsaciones. «Hemos bajado el nivel de pulsaciones haciendo el
mismo trabajo que en Palma y esto es muy positivo para los
futbolistas», subrayó Antoni Servera.
Poco después de las diez y media los futbolistas llegaron de
nuevo al hotel y a las doce hubo una sesión de gimnasio para un
grupo de los concentrados en Kössen. Sesión de pesas por espacio de
algo más de media hora y tiempo para la comida y la siesta. Por la
tarde ocurrió lo que quien más quien menos se podía llegar a pensar
que podría ocurrir y apareció la lluvia casi torrencial.
Sin embargo, esto no fue handicap para que Gregorio Manzano
llevara a cabo el plan de trabajo previsto donde, esta vez sí, los
jugadores tocaron balón aunque inmersos en plena tormenta tirolesa.
La lluvia es lluvia aquí y en Palma y no deja de ser una molestia y
más si va acompañada con un descenso de las temperaturas. Por la
tarde la gran mayoría de futbolistas se ejercitó al mismo ritmo
aunque los mundialistas Albert Luque, Miquel Àngel Nadal y Samuel
Etoo continúan un plan de trabajo especial y progresivo a fin de
alinearse a la par con el estado físico del resto de compañeros.
Por último, significar que hoy el día será diferente, ya que al
trabajo de campo hay que unir que por la tarde se jugará el primer
amistoso.
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