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El optimismo moderado es el sentir que reina en el seno de un Drac Inca que ha invertido la historia y ha borrado el cero del casillero de victorias. Ganar al CAI Zaragoza bajo una atmósfera hostil y un ambiente de lujo es la mejor medicina para un equipo que recae en uno de sus puntos débiles. Y es que la posición de base va a perder al jugador más solvente que la ha ocupado en el presente curso. Paris Bryant ya ha expresado a su agente su intención de no seguir en el Drac Inca, que realizará un nuevo esfuerzo para convencer al jugador en la mañana de hoy. Lograr que Bryant renueve su compromiso con el club inquense hasta final de temporada supondría encarar con más garantías la cita del domingo (18:30 horas) ante el asequible Tarragona.

Mentalizar a la plantilla va a resultar más fácil después de la inyección de moral adquirida en el Príncipe Felipe. Ganar al conjunto dirigido por Porfirio Fisac marcaría un punto de inflexión, aunque la gran preocupación en el seno de la junta inquense es cerrar la posición de base.

Finalizado el ciclo de Paris Bryant, es hora de buscar al que será el quinto director de juego de la presente temporada. Villar, Perich y Bryant han pasado a la historia por diferentes motivos, mientras que Miki López puede asumir el mando ante el que fue su equipo hasta hace tan sólo unos meses. Las limitaciones del mercado vuelven a ser extremas, pero el Drac Inca pretende incorporar a un jugador de primer nivel si Bryant no cambia de parecer.

De hecho, el club ya maneja un puñado de nombres, e incluso no se descarta reforzar la plantilla con la llegada de un alero, posición que también precisa de un apuntalamiento. Dar un golpe de efecto y asegurar que la dirección del equipo estará en buenas manos ante el Tarragona serán dos de los objetivos básicos para conseguir que el Palau se vuelque con un Drac Inca que se juega este domingo buena parte de su futuro en cuarenta minutos tracendentales para su devenir.