Lo único que consiguieron los partidos, y especialmente el PSOE,
fue aumentar la indignación de los representantes del trote
presentes en el Parlament. El sector del trote mostró su
estupefación cuando el socialista Salvador Cánoves aseveró en el
debate que la «tractorada» celebrada en Palma por la paralización
de la Lototrot, que reunió a unas 2.000 personas, había reunido «a
los mayores terratenientes de las islas».
El diputado del PP Jaume Font abrió el debate y aprovechó para
criticar las indecisiones del Govern a la hora de financiar el
mundo del trote. Font recordó que la posibilidad de crear la
Lototrot había generado una «gran ilusión entre los caballistas» y
lamentó que el Govern, «por presiones de la ONCE», no se atreviese
a impulsar la lotería hípica. «No sé si tienen claro lo que
significa el deporte del trote en estas Islas», planteó el diputado
del PP. Font también lamentó la postura «poco valiente de UM» por
no haber exigido al Govern la puesta en marcha de la Lototrot.
El conseller d'Interior, Josep Maria Costa, acusó a Font de
«hacer demagogia» en relación al trote. Costa precisó que si el
Govern no aprobó la puesta en marcha de la Lototrot fue «porque la
empresa que optó al concurso no tenía solvencia económica». «El
Govern adoptó la decisión correcta», insistió Costa.
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