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La sala de prensa de Son Moix vivió ayer uno de esos días especiales. Más cámaras de televisión de las normales, más periodistas de los habituales y más expectación que la de un día cualquiera que, por no haber, no había ni entrenamiento del primer equipo. Sin embargo, ayer Javier Olaizola compareció ante los medios para dar las gracias por las muestras de apoyo recibidas.

Pero Javier no se marchará solo ya que también le acompañará David Cortés. El lateral padece una lesión meniscal en su rodilla izquierda que precisa cirugía por artroscopia y que le será realizada hoy mismo. Es previsible que este jugador esté de baja algo más de un mes. Pericás también explicó que Vicente Fernández será sometido a una operación menor y se le dormirá un nervio de la espalda que le ocasiona lumbago.

Sin apenas poder enlazar dos palabras seguidas por la emoción del momento y con lágrimas en los ojos, el capitán del Mallorca, ese mismo que durante tantos y tantos partidos se ha dejado el alma en el campo, manifestó que la lesión es un fuerte golpe para él y que, pese a que el percance sucedió en el primer tiempo ante el Deportivo, se veía con fuerzas de saltar en la segunda parte.

«En el descanso del partido el doctor calentó bien la rodilla y me vendó con fuerza. Yo era el primero que quería saltar al campo ya que me veía en condiciones de empezar el segundo tiempo pero en la primera acción, en un remate de cabeza, al caer al césped apoyé la pierna y noté que volvió a crujir y que el dolor era terrible. En ese momento me di cuenta que me había roto», relataba el defensa vasco.

Javier, que llegó acompañado de su esposa Ana a Son Moix y que necesitó muletas para caminar, explicó también que esta es la primera lesión grave que sufre en su intensa carrera deportiva. «Me está costando llevar esta nueva situación -dijo- ya que es la primera vez que me lesiono. Nunca había tenido nada y ahora sucede esto», lamentó Olaizola. Ayer el futbolista, acompañado del jefe de los servicios médicos del club, Joan Pericás, se marchó a Barcelona donde hoy por la mañana será intervenido por los doctores Borrell y Aguilera en la Clínica Asepeyo. A partir de ahí empezará el proceso de recuperación que no será inferior a los cuatro meses.