Etoo y los goles que aparecieron y desaparecieron

César tuvo que fruncir el ceño, golpear sobre el césped con el puño y mirar hacia atrás, aunque uno de los jueces de línea le echó un cable. Mejuto nunca lo tuvo claro, por eso buscó ayuda mirando hacia el corner y el banderazo resolvió sus dudas. El segundo de Etoo tampoco sirvió de nada, aunque esta vez no se quedó quieto. El fuera de juego que precedió a la acción fue presunto, tan falso como el valor que acabaron adquiriendo sus dos goles, por eso alzó los brazos de forma airada y reclamó algo más de justicia para el tanto que mitigaba el efecto Portillo.

Pero sus súplicas no surtieron efecto. Esta vez Etoo no había engañado a nadie, aunque el árbitro no se creyó su gol. Tampoco quiso hacerlo César, uno de esos jugadores que forman parte de la segunda versión del Real Madrid, la que Vicente del Bosque ha decidido proyectar en la Copa. Se trata de un equipo con una elevada carga de competitividad y que anoche contó con la «colaboración» de Luis Figo y Raúl González, dos tipos del Real Madrid de verdad que tampoco arreglaron nada.

Volvió a la carga Samuel Etoo en el segundo acto, pero fue Miquel Àngel Nadal quien se despojó del traje de central y con un zapatazo tremendo abrió la puerta de las semifinales. Su control, con el pecho, fue impecable; al igual que su impresionante disparo. Son Moix dictará sentencia. Mallorca y Real Madrid cruzarán de nuevo sus caminos el miércoles. ¿A qué Madrid recurrirá Vicente del Bosque? La solución, en unos pocos días.