Diego Tristán cae ante la presencia de Poli en una secuencia del partido de ayer. FOTO: ALFAQUÍ

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2 DEPORTIVO: Juanmi (H), Manuel Pablo (H), Donato (H), Andrade (H), Capdevila (H), Sergio (H), Duscher (H), Mauro Silva (H), Amavisca (H), Luque (H) y Tristán (HH).
Cambios: Makaay (HH) por Amavisca, Scaloni (H) por Sergio y Acuña (H) por Duscher.
3 MALLORCA: Leo Franco (HH), Cortés (HH), Lussenhoff (HHH), Poli (HH), Miguel Soler (HH), Novo (HH), Ibagaza (HH), Lozano (HH), Riera (HH), Etoo (HHH) y Pandiani (HHH).
Cambios: Marcos (-) por Pandiani, Carlos (-)por Etoo y Robles (-) por Lozano.
Àrbitro: Esquinas Torres. Mostró tarjeta amarilla a Miguel Soler, Lozano, y Andrade.
Goles:
0-1, Minuto 39, Pandiani.
0-2, Minuto 81, Pandiani.
0-3, Minuto 83, Etoo.
1-3, Minuto 89, Tristán, de penalti.
2-3, Minuto 94, Makaay.

ALBERT ORFILA - A CORUÑA

El Mallorca acaricia algo grande, muy grande. Se intuyó hace unos pocos días, cuando trituró al Real Madrid y el equipo de Manzano destapó en público su indisimulada ambición. En Riazor constató una vez más que mantiene un idilio especial con la Copa. Pocas cosas pueden impedir ya que la escuadra balear se plante en su tercera final. Su trayecto hacia el cielo está resultando arrollador, aunque anoche estuvo a punto de precipitar los acontecimientos. No tardó en darse cuenta de que el Deportivo era vulnerable y no quiso esperar. Paseó durante un buen puñado de minutos con la eliminantoria sentencia (0-3), pero dejó un par de cabos sueltos y su rival volvió a cobrar vida. Esquinas Torres tuvo algo que ver en todo ello. Ante la duda, siempre guiñó el ojo a la escuadra local.

Luque y Tristán nunca coincidieron en el primer equipo, pero si compartieron vestuario y muchas alineaciones en el equipo filial. De hecho, la historia recordará siempre que el Mallorca B perdió la categoría con dos delanteros sobre los que parece girar el presente y futuro de la selección nacional. La realidad de Manzano es otra. Su armamento es mucho más limitado, aunque las lesiones han acabado exponenciando esta circunstancia. Con Fernando Niño fuera de combate, el técnico se quedó con un solo central -Federico Lussenhoff- y tuvo que desnaturalizar el eje. Poli dejó el flanco izquierdo a Miquel Soler y se emparejó en el eje con Lussenhoff.

El Mallorca dejó claro desde el principio que no iba a despreciar el balón. Con Samuel Etoo alejado de Walter Pandiani, casi todo lo que propuso la escuadra balear en ataque tuvo en Ariel Ibagaza a su referencia inicial. El Deportivo dejó siempre patente su enorme capacidad de amenaza, aunque no tuvo más remedio que compartir el manejo del partido, fundamentalmente porque sus centrocampistas nunca se encontraron cómodos. El Mallorca hizo muchas cosas para conseguirlo, alternó presiones en varias líneas y acabó metiendo a su rival en un buen lío, incluso dió la impresión que había partido en dos a su rival. Por un lado estaban Luque y Diego Tristán, siempre dispuestos a descoser cualquier cosa, y por otro lado el resto.

Descosido, al Deportivo le costó horrores adquirir profundidad. Puso en aprietos al Mallorca, pero lo hizo de forma intermitente y en acciones muy esporádicas. Albert Luque malgastó la mejor opción de su equipo en el primer tiempo. Tristán se movió con verticalidad por el carril izquierdo y trazó un pase extraordinario al que el delantero catalán llegó tarde. Más compacto y homogéneo, el Mallorca dio la impresión de saber siempre lo que tenía que hacer. Su propuesta fue mucho más colectiva. Estuvo a punto de encontrar petróleo en un par de gazapos de Juanmi, aunque acabó haciéndolo en una acción que pareció nacer de la nada. Àlvaro Novo dejó un globo para Walter Pandiani en el interior del área y puso la testa con placidez.

Nadie podía haber intuído este gol, ni la pareja de centrales del Deportivo, que sólo contemplaron como el balón bajaba del cielo y se acomodaba sobre la cabeza del uruguayo (0-1). Riazor enmudecía.
Con el partido inclinado, Irureta aprovechó la intimidad del vestuario para mover ficha. Dejó fuera a Amavisca y tiró de Makaay. El Deportivo no dudó en buscar el área de Leo Franco y tampoco tardó en llegar, aunque también asumió muchos riesgos.

La posesión del balón se desniveló, aunque el partido quedó sumido en un intercambio de golpes. Etoo, Riera y Novo se sintieron muy a gusto en esta tesitura y sus aproximaciones llevaron siempre implícita una elevada carga de veneno. El Depor se acercaba, aunque fue Pandiani quien volvió a golpear (0-2). Etoo no tardó en sumarse a la fiesta, aunque un invento del árbitro acabó resucitando a los gallegos.
Diego Tristán ejecutó la pena máxima en el límite y el conjunto de Irureta se creció. El Mallorca notó el miedo y se atrincheró en el área, algo que aprovechó el Deportivo para forrarse. Así, un balón muerto en las botas de Tristán acabó en el segundo palo y Makaay, que irrumpió ganándole la espalda a Cortés, maquilló el marcador y la eliminatoria. El campeón recibía excesivo premio para tan pocos argumentos y dejaba a los baleares con la sensación de haberse quedado a medias.