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«Después de los Juegos de Atenas me plantearé mi futuro. Me gustaría hacer cosas nuevas». Con esta sentencia, Marga Fullana ha dejado una puerta abierta a su adiós al ciclismo de élite, aunque la campeona de Sant Llorenç, de 29 años, no quiere colgar la bicicleta de montaña «sin haber logrado al menos un Mundial más y, como no, ganar el oro en Atenas. Es una cosa en la que no paro de pensar desde aquel día en Sydney y voy a luchar por esa medalla. Si no la gano, me iría muy triste», añadió la líder del Orbea Racing Team, que a primera hora de la tarde de ayer se presentó en sociedad en las instalaciones del hotel Hipocampo Park de Cala Millor.

La escuadra vasca tiene en sus filas a tres campeones del mundo -Fullana, Iñaki Lejarreta y Carlos Coloma- y a dos ciclistas de reconocido prestigio -Janet Puigrós y el galo Cedric Ravanel-. Con estos argumentos, el quinto equipo del ranking de la UCI pretende asaltar la Copa del Mundo y hacerse con earco iris en el Mundial de Lugano, sin descuidar las competiciones nacionales e internacionales de mayor prestigio. Iñaki Otaño, vicepresidente de la Corporación Mondragón y mánager, y Miguel Ocaña, director general de Orbea, esbozaron un proyecto en el que la Olimpiada es la meta de una escuadra histórica.

Celestí Alomar, conseller de Turisme del Govern, Dolça Mulet, responsable del área deportiva del Consell de Mallorca, y Miquel Galmés, en nombre del consistorio de Sant Llorenç, arroparon a Fullana y su equipo durante el acto.

La deportista, actual bronce olímpico y estandarte de este deporte a nivel nacional, se encuentra «demasiado bien, muy a gusto practicando cross y ciclismo. En Mega Sport he conocido a mucha gente que me ayuda y esto es lo que preciso para rendir al máximo en competición».

Sobre la temporada que nace, Marga piensa «en la general de la Copa del Mundo, incluídas las pruebas americanas, y en volver a vestir el arco iris», dijo la ciclista, que lamentó la discriminación que sufren las mujeres en el deporte, «pues entrenamos y sufrimos igual o más. Por contra, los premios y la repercusión son siempre inferiores».