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Toni Lluís Adrover Colom, «Tuni», ha esperado hasta el último partido del campeonato para dejar constáncia de sus buenas maneras y para recordar a los técnicos del club que el próximo año debe ser el de su eclosión definitiva con el primer equipo. Con un gol que hubieran firmado la mayoría de cracks que habitan en nuestra liga, el ariete bermellón redondea una temporada en la que se ha dado a conocer a la gran masa social rojilla y en la que ha rentabilizado cada una de las ocasiones que se le han concedido desde el banquillo. El habilidoso atacante solleric irrumpió en el fútbol amateur a lo largo de la campaña anterior, cuando lideraba ofensivamente al Ferriolense de Darder y paseaba su clase por la Tercera.

Su entrega le valió una continuidad en el club y cerró el ejercicio en el filial, donde pudo aportar todo lo que generaba. Este año futbolístico lo inició de la misma forma que había sellado el anterior, convirtiéndose en una de las sensaciones de la pretemporada en Kossen. En e stage celebrado en tierras austríacas le hizo un guiño a Manzano y comenzó a ganarse un espacio en el equipo de Son Moix, porque su frescura también conquistó al técnico y reforzó en la entidad la sensación de una cantera prolífica y con mucho futuro por delante.

Ha actuado como la referencia del filial en un año incómodo y se quedó a las puertas de vestir la camiseta de la selección balear en su puesta de largo debido a una inoportuna fractura nasal, pero materializó su sueño de jugar en Primera División y su bautismo en la elite coincidió con la arrolladora visita liguera del Real Madrid a Palma. Aquella tarde, Tuni se vació a pesar de que el marcador reflejaba una desigualdad brutal (1-5) y demostró cual eran sus intenciones. Ayer se permitió el placer de bajar la persiana del curso y moldeó su primera victoria para el equipo.