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Los aficionados y practicantes a la natación volvieron a cumplir con la tradición y madrugaron en día festivo para tomar parte en la sexta edición de la Travesía a Nado Santiago Casas, que volvió a ser nexo de unión de más de medio millar de participantes que acudieron fieles a la cita.

Pasadas las nueve de la mañana, los más aventureros, aquellos que iban a disputarse la victoria, se zambulleron en las aguas de la Bahía de Palma. El Moll Vell era el escenario de la salida y el goteo de nadadores era constante. Con la Seu como testigo, el rosario de participantes empezaba a adquirir forma, y los primeros se destacaban, conscientes de que en los cerca de tres kilómetros de los que consta la prueba la lucha iba a ser muy dura sobre unas aguas tranquilas y sólo alteradas por las brazadas de los centenares de nadadores que optaron por remojarse para hacer frente al tórrido sol que empezaba a pasar factura.

Si por algo pasará a la historia la sexta Travesía Santiago Casas será por la elevada participación y por la emoción que presidió la competición hasta el último suspiro. Y es que en la entrada de la playa de es Portitxol, el pulso entre los tres primeros clasificados hacía pensar en un desenlace apasionante. Y fue así, pues Carlos López logró una ligera ventaja que le supuso la victoria y tomar el testigo de Dani Vidal en el libro de honor de la travesía por excelencia del verano palmesano.