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Partizán de Belgrado 0
Real Madrid 0

PARTIZÀN DE BELGRADO:Partizan: Pantic; Savic, Djordjevic, West, Bajic, Malbasa ; Duljaj, Nadj, Sasa Ilic; Iliev y Delibasic.
Cambios:Stojanoski por Delibasic, Drulovic por Nadj y Rzasa por Malbasa.

REAL MADRID:Iker Casillas; Míchel Salgado, Pavón, Raúl Bravo, Roberto Carlos; Beckham, Helguera; Figo, Raúl, Zidane; y Ronaldo.
Cambios:Guti por Roberto Carlos.

Arbitro: Cosimo Bolognino (ITA). Amonestó a Rzasa (m.46).

José A. Pascual (Efe)|BELGRADO

El Real Madrid, ayudado por el triunfo del Oporto contra el Marsella, obtuvo el empate que necesitaba para seguir en la Liga de Campeones, pero cuajó un partido gris en el campo del Partizán, sobre todo en el primer tiempo, y carente de acierto en ataque.

La niebla se quedó por encima de la cubierta del estadio del Partizan, pero al conjunto de Carlos Queiroz se le nubló la vista, sobre todo cuando miró hacia adelante. Estuvo anodino y hasta aburrido. Casi nunca vio el camino idóneo para crear peligro y cuando lo encontró la falta de precisión fue absoluta.

Una nueva actuación portentosa de Iker Casillas, que evitó al menos tres goles, fue la tabla de salvación del Real Madrid. Tan solo Ronaldo, tras un robo de balón, puso realmente en aprietos al gigante guardameta Pantic (m.32), quien también respondió con presteza a una floja volea de Raúl (m.40).

Estos lanzamientos, junto a un testarazo cruzado de Figo, fueron las únicas señales de vida del Real Madrid en el área del campeón serbio, muy poco bagaje como para pensar en dar un disgusto a la entregada hinchada del Partizan.

La temprana lesión de Roberto Carlos despertó al equipo de Lothar Matthaeus y cambió el orden de salida del cuadro de Queiroz. Guti entró al campo, por lo que Helguera pasó al centro de la zaga y Raúl Bravo al lateral zurdo. Esta versión, más de control del esférico pero con menos sujeción del rival, volvió a sufrir ante una medular oponente trabajadora e incómoda por la movilidad de Sasa Ilic e Ivica Iliev, quienes propiciaron varias llegadas inquietantes para Iker Casillas.

Queiroz trató de convencer en el descanso a sus pupilos de que era necesario un mayor control del balón y de evitar pérdidas para dormir al Partizan, pero los movimientos fueron casi siempre anodinos, sin la chispa necesaria para superar la resistencia de la zaga que lideraba el nigeriano Taribo West.

No obstante, la aparición en escena de Zidane le otorgó sentido verdadero al fútbol madridista, al menos en una fase determinada, en la que dominó y llegó, aunque sin acierto en un disparo de Zidane y en un par de internadas de Ronaldo, quien tuvo otra enorme oportunidad (m.62) pero la desaprovechó cuando estaba solo.

Raúl hizo un despliegue físico y de coraje tan necesaria en este Madrid obrero, sin el brillo y el acierto de otras ocasiones. El capitán no permitió que los demás se durmieran en la presión, en el robo de balón y con ello el cuadro español palió algunos de sus problemas para contener cuando el Partizan tuvo el balón. Lo peor de todas las ocasiones falladas fue que el conjunto serbio siguió vivo e incluso tuvo una oportunidad a poco del final más que clamorosa para vencer, pero Ilic, sólo ante la portería tras una parada de Iker Casillas, envió increíblemente el esférico fuera.