Lorenzo posa junto a familiares, amigos y aficionados a su llegada a Son Sant Joan. Foto: TOMAS MONSERRAT

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Jorge Lorenzo regresa a sus orígenes después de la temporada más frenética de su corta vida deportiva. El piloto mallorquín del Caja Madrid Derbi Racing Team ha sido una de las grandes sensaciones del Campeonato del Mundo de Motociclismo en el octavo de litro y ya disfruta de unas merecidas vacaciones en la tierra que le vio nacer hace poco más de dieciséis años. La terminal del aeropuerto de Son Sant Joan se quedó pequeña para albergar a los numerosos aficionados que quisieron tributar un merecido y sonoro homenaje a su ídolo. El director general d'Esports del Govern, Pepote Ballester, acudió a saludar al pupilo más avanzado de Giampiero Sacchi, de la misma manera que el presidente de la Federación Balear de Motociclismo, Joan Thomás. Representantes de diversos clubes, como el Media Milla o el Moto Club de Muro también estuvieron al lado del deportista, que tiene dos semanas por delante para disfrutar de un período de descanso que precede a una pretemporada que en breve arrancará con los primeros entrenamientos a lomos de su nueva Derbi, la que debe llevarse a lo más alto de la general del Mundial.

En el momento en el que Jorge Lorenzo apareció por la puerta de la Terminal, los aficionados enloquecieron y empezó entonces una larga serie de felicitaciones, peticiones de autógrafos y fotos que parecía no tener final. Lorenzo ya sabe convivir con el éxito y supo satisfacer a todos los que a él se acercaban para expresarle su cariño y admiración. Acompañado por su padre, Chicho, Lorenzo exhibió su gorila de peluche y derrochó esa humildad que le ha convertido en un grande del deporte balear y español. María y Laura, su madre y su hermana respectivamente, también estuvieron presentes y pudieron saludar a Jorge, con el que compartieron el pasado fin de semana todas las sensaciones del Gran Premio de la Comunitat Valenciana.

No en vano, Jorge ha hecho historia. Rubricó una temporada 2003 excepcional que tuvo su cénit en el Gran Premio de Brasil, en el que logró su primera victoria dentro del Campeonato del Mundo de 125 centímetros cúbicos, siendo el piloto español más joven que subía a lo más alto de cajón y el segundo de toda la historia en lograr este registro que le ha permitido entrar por la puerta grande y en su segunda temporada en los anales del motociclismo, deporte que empezó a practicar con tres años y que le ha llevado a lo más alto, aunque él tiene claro que ganar el Mundial es el reto que debe asumir en el año 2004.